A medida que precio promedio de los vuelos se va encareciendo, el papel de las ofertas y promociones es más importante para mantener y reforzar la idea de que aún es posible comprar vuelos baratos, aunque la realidad indique que las posibilidades de conseguir estos vuelos económicos sean cada vez menores.
Algunas aerolíneas son expertas en el manejo y presentación de estas ofertas para que tengan la máxima repercusión y el cliente termine comprándoles sus billetes de avión, en la confianza de que está comprando su vuelo al mejor precio posible, aunque esto sólo sea cierto en un pequeño número de casos.
Así, por ejemplo, Ryanair una compañía de vuelos baratos que opera en Europa, casi siempre tiene activas ofertas de vuelos por unos 5 euros el trayecto; en este momento, según publica, tiene una que caduca en unos días, pero que podemos observar que es la misma que, con pequeñas variantes, tiene casi de forma permanente.
No solamente Ryanair tiene ofertas, sino que sus competidoras también las tienen y las publicitan, aunque con desigual éxito.
EasyJet tiene ofertas desde 8,49 euros para viajar a ciertos destinos de Marruecos y a 10,99 euros para volar a otros destinos en los que opera.
Por su parte Spanair, dice ofrecer sólo durante unos días vuelos al módico precio de 25 euros el trayecto, todo incluido.
No sólo las líneas europeas emplean este tipo de ofertas y promociones, sino que es una herramienta usada comúnmente a nivel general para retener la atención de los posibles compradores y hacerles dar el primer paso de la compra, que es ir a su sitio web y examinar las ofertas disponibles.
En general, todas las ofertas para ajustarse a las reglas generales del marketing deben tener una duración limitada (“sólo hasta el día 15”), e incitar a la compra inmediata (“plazas limitadas, ¡compra ahora!”), de forma que el usuario crea que perderá una buena oportunidad si abandona el sitio de la aerolínea sin reservar su vuelo.
Ahora bien, ¿supone una ventaja para el comprador ir persiguiendo y examinado ofertas?
En algunos pocos casos puede ser que sí, obteniendo el vuelo que el pasajero necesita a un buen precio, pero en la mayoría de casos no tiene mayor utilidad como procedimiento para comprar vuelos baratos; hablando en román paladino: en general es una simple forma de perder el tiempo, aunque si un pasajero considera que su tiempo no tiene mayor valor, emplearlo en examinar ofertas publicitarias puede serle de alguna utilidad en las pocas ocasiones en que consiga por su mediación un vuelo barato.
Como seguramente usted sabrá si me sigue en la lectura de este blog, hay procedimientos más fáciles y eficaces para comprar a menor precio un vuelo, pero por desconocidos o en menor medida comprendidos, la búsqueda y examen de ofertas comerciales es un procedimiento generalizado entre aquellos que están buscando vuelos baratos.
Por eso todas las aerolíneas tienen ofertas de forma permanente, con bellas y estilizadas tarifas, como la de “vuelos desde 5 euros” o aquellas que rezan: “vuelos desde 9,95 euros”, con sus céntimos y todo, que más parece el precio para comprar un par de calcetines en un mercadillo ambulante de una de nuestras ciudades, que la tarifa para un solo trayecto (eso sí, comprando los dos) de un vuelo desde Madrid a Londres, por ejemplo.
Pero es tanta la fascinación que surge de esas “fantásticas”, perecederas y siempre florecientes ofertas, que ni los propios pasajeros ni los medios de comunicación pueden substraerse a las mismas.
Si estas ofertas se van sucediendo semana tras semana todos los meses del año, parecería que ya las mismas no tendrían que ser material para noticia de interés periodístico.
Sin embargo, se puede observar que algunas agencias de noticias publican notas con ofertas de vuelos a 5 euros el trayecto, como si de un importante suceso se tratase.
Si recorremos los periódicos digitales veremos que algunos han redactado noticias con llamativos títulos del hecho normal de que una aerolínea ofrezca vuelos por 7 euros el trayecto: “Ryanair lanza una promoción con un millón de plazas a 7 euros”, mientras que otro titula “Ryanair lanza una promoción con 500.000 billetes desde seis euros.”
Hace unos días repasaba los artículos de opinión referidos a las aerolíneas y al precio de los vuelos en diversos medios de alcance nacional en España.
Uno me impresionó por la importante cantidad de majaderías que incluía en el corto espacio de su artículo, seguramente dedicado a llenar un hueco y poder colocar algún anuncio publicitario al lado.
Una de sus perlas tan poco cultivadas como la inteligencia de su autor decía aproximadamente: “Ahora que el precio de los vuelos se ha democratizado, puedo irme por tres euros en un vuelo de Ryanair de Madrid a Roma, comer allí y volverme a dormir a casa por la noche...”
Con gusto le daría al autor los tres euros con tal de ver como se las apañaba para hacer el vuelo que refiere en su artículo.
Usted se preguntará: ¿y todas esas noticias y comunicados son ciertos y tienen utilidad para ayudar a reservar un vuelo a buen precio?
La realidad es que como ya le he comentado sólo en un mínimo número de ocasiones pueden tener utilidad.
Pero en la lucha comercial por repartirse los clientes, lo más importante para los vendedores es crear la opinión que mejor se acomode a sus intereses y mejore sus beneficios.
El comprador, sin embargo, cuenta cada vez con mejores herramientas y conocimientos para saber cómo comprar su vuelo al mejor precio, a pesar de los intentos de los vendedores de querer aparentar lo que realmente no es.
Y es que en realidad darle crédito a las ofertas de los vendedores, siendo información de parte, para nada objetiva, provenga de los interesados directamente o de las noticias de los digitales de Internet, es el camino más seguro para terminar comprando un vuelo a un precio superior al normal.
Si cuando vaya usted a comprar en el sitio web de la aerolínea o agencia, encuentra que ésta cuida sus intereses y, por ejemplo, le avisa de que ese no es mejor momento para comprar su vuelo barato y que le conviene esperar a hacerlo más adelante, por favor, hágamelo saber: ésa sí sería una noticia de interés periodístico.
Pero mientras eso ocurre... ¡cuidado con las ofertas!
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