lunes, 21 de diciembre de 2009

Los vuelos baratos pasarán a la historia




Los vuelos baratos están suponiendo una gran oportunidad para poder seguir viajando en una época de crisis económica donde el bolsillo del pasajero no anda precisamente muy sobrado de recursos económicos.

La gente demanda vuelos cada vez más baratos, animados por la publicidad en la que todo es posible, como conseguir vuelos por un euro; seguramente muchos piensan que la fantasía se ha hecho realidad, y que por sólo un euro podremos ir y venir a donde queramos, cual maravilloso cuento de Navidad.

Ryanair es el paradigma de este tipo de conceptos publicitarios; esta misma semana su presidente ofertaba medio millón de vuelos a 5 euros para celebrar su nueva base de operaciones en Málaga.

A base de repetir cosas absurdas pueden llegar a tomarse como ciertas y apuesto a que hay muchas personas que creen sinceramente que se puede viajar con la compañía irlandesa por un euro.

Si los vuelos pudieran venderse a un euro, habría que suponer que sería factible operar un vuelo con un avión de 200 pasajeros por 200 euros, cubriendo los gastos y obteniendo beneficio.

Si tal cosa fuese posible, el presidente de Ryanair se me ocurre que habría inventado algo similar al movimiento continuo sin aporte de enegía exterior.

Y también apuesto a que muchos de sus seguidores incondicionales creen que tal cosa ha sucedido, pues mucha gente hay que conoce a alguien que ha viajado por 10 euros, o por 5 euros… ¡y hasta por 0,01 euros!

Así que creen que volar a esos precios es una cosa normal y lo más natural del mundo; vamos, que es como si yo creyera que la próxima semana me va a tocar la lotería de Navidad sólo por el hecho de que conozco a varias personas a las que les ha tocado premios de diversa consideración.

La realidad es que sólo unos cuantos pasajeros pueden acceder a un asiento por esos precios, sujeto a disponibilidad, porque lógicamente si un vuelo no se ocupa totalmente, que es lo más normal, añadir unos cuantos pasajeros para esos asientos que de otro modo irían vacíos, supone un mínimo gasto para la compañía, y se aprovecha como elemento publicitario muy eficaz y de bajo costo.

Pero la inmensa mayoría de pasajeros volará por un precio normal, que, sin embargo, es aún un precio ventajoso en relación con los precios que normalmente venían ofreciendo las aerolíneas tradicionales.

Estas aerolíneas ahora ya están ofreciendo vuelos a precios bajos similares a los de Ryanair en muchos casos, e incluso más bajos, como demostramos en un estudio reciente, aunque para compensar sus ingresos, en los lugares donde operan como monopolio o para vuelos considerados de negocios, están cobrando precios caros o muy caros.

Así, se da el caso de que las aerolíneas tradicionales, tienen fama de aerolíneas caras, pero venden vuelos baratos, y Ryanair tiene fama de aerolínea de precio baratos, pero se ve obligada a vender vuelos cada vez menos baratos, manteniendo la fama de precios muy baratos mediante la propaganda de los asientos publicitarios.

Esto tiene un costo, y Ryanair sabe que el movimiento perpetuo no existe si no hay algún tipo de aporte de energía desde el exterior.

Es decir, que financiar el crecimiento comprando más aviones para establecerse en nuevas zonas operativas donde otras aerolíneas trabajan también con precios bajos, tiene, como en el caso del movimiento perpetuo, necesidad de inyectar dinero desde el exterior, medida que, lógicamente, no parece que sea del agrado de los inversores, que más bien esperan obtener beneficios de lo invertido.

Así que la irlandesa ha decidido ahorrar desestimando la compra de los 200 aviones que estaba negociando con Boeing y ralentizando su crecimiento para los próximos años.

Esto hará que los vuelos baratos, sean menos baratos que hoy en día, pero más baratos de como eran antes de la crisis económica.

Las aerolíneas tradicionales ya no podrán cobrar los precios que antes cobraban por sus vuelos, y Ryanair tendrá que ajustar al alza sus precios, para asimilarlos a los de su competencia, si no quiere situarse en una dinámica que le lleve a la quiebra.

Ryanair lo tiene más fácil, pues con la venta de algunos asientos promocionales a un euro podrá seguir disfrutando de la fama adquirida de ser la aerolínea que vende sus vuelos más baratos, aunque eso no sea estrictamente así.

Peor lo tienen las otras compañías para quitarse la fama de sus vuelos caros; apenas creando nuevas aerolíneas filiales, con nueva imagen podrán conseguirlo, pero su tarea es ardua.

Como dice el antiguo refrán “cría buena fama y échate a dormir”, ésto es lo que ha conseguido Ryanair con su idea de vuelos low cost; aunque espero que la segunda parte del refrán, no citada, no se cumpla con las aerolíneas tradicionales, pues si bien es cierto que la crisis las ha enfermado gravemente, el tratamiento al que ellas mismas se están sometiendo es de esperar que logre salvarlas de la muerte (aunque no de las fusiones), y puedan finalmente competir en un mercado de vuelos más baratos que los que venían ofreciendo.

Y es que al final, si los pasajeros pagan algo más por los vuelos, las administraciones subvencionan mejor por establecer bases de vuelos baratos, ADENA cobra menos por los servicios, se compran menos aviones, los empleados de las líneas aéreas cobran sueldos bajos y los inversores perciben rendimientos, entonces el negocio ya es sustentable, y no es necesaria la ayuda de Dios para hacernos el milagro de que el modelo del movimiento perpetuo funcione sin aporte de energía exterior.

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