lunes, 17 de mayo de 2010

La nube de cenizas y las vacaciones de verano



La nube de cenizas volcánicas, que provocó el mayor colapso aéreo en Europa el pasado mes de abril, no da señales de debilitamiento, antes al contrario, ya que estos últimos días muestra mayor actividad explosiva que en fechas atrás e inyecta a la atmósfera cantidades ingentes de cenizas, causando continuos problemas a los vuelos en Europa.


Hoy lunes, las previsiones que el servicio meteorológico islandés ha facilitado son poco halagüeñas: no hay signos de que la actividad volcánica disminuya ni que esté próxima a finalizar, y la altura alcanzada por los eyectos llega ya a los 7.620 metros de altura.

Los aviones de observación que el sábado examinaron la zona contaminada en el espacio aéreo del Reino Unido, han encontrado que la extensa nube cubre la zona norte y centro del país, y que dentro de la misma no es seguro volar.

Los principales aeropuertos del país están cerrados hoy lunes, incluidos los de Londres, que son los de más tráfico de Europa.

La nube de cenizas que provoca el cierre de los espacios aéreos en las zonas contaminadas genera gran cantidad de vuelos cancelados y de importantes retrasos, no sólo en la zona directamente afectada, sino también en otros aeropuertos de Europa y del mundo.

Nadie sabe cuánto puede durar este fenómeno: quizá días, meses o incluso hasta dos años, dicen los expertos.

Los científicos más pesimistas opinan que la actividad del Eyjafjalla podría hacer entrar en erupción también a su vecino Katla, cosa que ya ha sucedido en siglos pasados durante los años 1612 y 1821.

Ante esta posibilidad, que podría empeorar la situación actual de los vuelos, la UE debería tener un plan de actuación debidamente elaborado en el que tendrían que participar las aerolíneas y las autoridades en materia de navegación aérea de los diversos países, para no caer en la improvisación ante tal eventualidad.

Mientras esperamos el desarrollo de los acontecimientos, los pasajeros nos veremos obligados a convivir con los inconvenientes derivados de la presencia de las cenizas volcánicas.

La paciencia será fundamental para sobrellevar las largas esperas en los aeropuertos y la incertidumbre de no saber si nuestro vuelo podrá al fin salir hacia su destino.

En los meses, ya muy cercanos, de julio y agosto, millones de pasajeros esperan tomar sus vuelos hacia los lugares de vacaciones.

Desconocemos lo que la nube de cenizas nos deparará en las próximas semanas, pero afrontar los inconvenientes de forma relajada nos ayudará a comenzar el periodo vacacional con mejores perspectivas.

Y es que, como vemos, no siempre la culpa de los retrasos en los vuelos la tienen las compañías aéreas, sino que a veces las fuerzas de la naturaleza también interfieren en los planes de las personas.

Pero es absurdo desesperarse y echarle la culpa al volcán: simplemente si está lloviendo no debemos olvidar de llevar nuestro paraguas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Destinos: