Nuevas reglas más relajadas para volar en la nube de cenizas volcánicas

Desde hoy martes se aplica una nueva regulación que ha sido estudiada para poder volar en presencia de la nube de cenizas, relajando las estimaciones de concentración de las mismas para reducir al mínimo el cierre del espacio aéreo, que está interrumpiendo frecuentemente los vuelos en diversos países europeos.


La Autoridad Civil de Aviación británica (CAA) ha autorizado ya la operación de algunos vuelos a través de una nube de cenizas con mayor densidad de la que hasta ahora estaba permitido, aunque por tiempo limitado.

Para poder efectuar estos vuelos, las aerolíneas necesitan tener un acuerdo con el fabricante de la aeronave y de los motores.

Según la CAA, los fabricantes de aviones y de motores, después de estudiar las últimas investigaciones y análisis efectuados, han determinado que es seguro realizar las operaciones por un tiempo limitado en densidades de cenizas superiores a las permitidas actualmente.

Esta nueva medida era esperada por las aerolíneas, que ven como van acumulando pérdidas a medida que las cancelaciones de vuelos se suceden con más o menos frecuencia desde hace casi un mes por el cierre del espacio aéreo.

Ya el mes pasado la CAA, ante la presión de las aerolíneas, había decidido relajar las normas, considerando los resultados de las investigaciones, de forma que los aviones ya podía operar aun con concentraciones de cenizas del doble de lo requerido hasta ese momento para dejarlos en tierra.

Las aerolíneas habían criticado a la CAA por exagerar las medidas de seguridad, por lo que la nueva relajación de las mismas supone un alivio para las aerolíneas y para los pasajeros que se están viendo obligados a quedarse en tierra.

Ahora, tras permitirse los vuelos a través de una densidad de cenizas del doble de lo permitido hasta ayer, se espera que el número de cancelaciones disminuya drásticamente, solución por la que las aerolíneas venían presionando desde hace semanas.

Desde que se produjera el colapso aéreo del pasado mes de abril, miles de vuelos han tenido que ser suspendidos en Europa por la nube de cenizas volcánicas, produciendo pérdidas por valor de casi 1.400 millones de euros a la industria de la aviación y al turismo.