La temporada de verano comenzó bien para las compañías aéreas y los precios de los vuelos fueron al alza en los meses de julio y agosto, de forma que ahora es normal pagar más del doble por los vuelos a algunos destinos de lo que habría que pagar fuera de los meses del verano.
Esto quiere decir que para los pasajeros es cada vez más difícil encontrar buenas ofertas, y si se encuentran habrá que comprobar que no se pierda lo ahorrado en suplementos y tasas extraordinarias.
Recuérdese que ahora las aerolíneas venden casi todos los beneficios imaginables que usted puede disfrutar en su vuelo, mientras que estos servicios eran gratuitos hasta hace muy poco tiempo y estaban incluidos en el precio de la tarifa.
Significa que la tarifa que figura al contratar el vuelo ya no supone en la mayoría de los casos el precio total del mismo, ya que seguramente se incurrirá después en algún cargo complementario que hará que el precio final se incremente desde un pocentaje ligero o moderado hasta más del doble del precio inicial aparente del vuelo, según la compañía con la que se viaje, el equipaje que se transporte y otros conceptos.
Esto es conveniente tenerlo en cuenta ya que antes el precio del vuelo se componía de la tarifa, las tasas y los gastos de gestión, pero ahora los cargos suplementarios de carácter variable hace que el precio real del vuelo sea mayor, y a veces difícil de cuantificar a priori.
Algunas aerolíneas han calificado los cargos por equipajes como un éxito indiscutible para mejorar sus cuentas de resultados, y otras piensan que todavía se puede sacar mucho partido de estos recargos por facturación de equipajes, así que están en camino nuevas propuestas para encarecer el precio de los vuelos sin que el pasajero apenas se dé cuenta de ello.
En Estados Unidos alguna aerolínea de bajo costo ya ha propuesto cobrar a partir del primero de agosto un recargo de unos 30 ó 40 dólares por llevar el equipaje de mano, equipaje que hasta ahora no venía gravado por ningún recargo.
El resto de aerolíneas están expectantes observando la acogida que tal propuesta tiene en los pasajeros, mientras que en principio han desestimado incluir este cargo en sus desgloses de tarifas, como ya ocurriera también cuando se comenzó a cobrar por la facturación de los equipajes.
Cobrar por el equipaje de mano supondría una importante fuente de ingresos adicional para las compañías ya que podrían contarse con los dedos de una mano los pasajeros que acceden a un vuelo sin portar ningún tipo de equipaje.
Nuestra impresión es que tal recargo también acabará imponiéndose, aunque quizá con cierta lentitud, empezando por las compañías de vuelos baratos, que mantendrán tarifas bajas para sus vuelos permitiéndoles seguir contando con su reputación de compañías económicas sin por ello dejar de tener ingresos equivalentes a los obtenidos si ofertasen inicialmente tarifas más caras.
Además, según algunos informes, el precio de los vuelos para este verano se ha visto incrementado en muchos casos entre un 15 y un 20 por ciento en relación a los datos del año pasado, debido en parte al incremento de la demanda.
Claro está que a partir de octubre se espera que la demanda caiga de nuevo, por lo que suponemos que las buenas ofertas volverán al panorama de los precios aunque, eso sí, es posible que los precios ya no vuelvan a ser como los de antes.
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