martes, 5 de octubre de 2010

La subida de precios de los vuelos baratos



Las compañías aéreas de bajo costo permiten comprar vuelos baratos y viajar a muchas personas que de otro modo quizá no podrían hacerlo.

Pero si usted se fija con detalle se dará cuenta que el concepto de vuelo barato se ha visto devaluado también por la crisis económica mundial que todos hemos sufrido, así que muchas compañías tradicionales han rebajado sus tarifas y ofrecido al mercado vuelos baratos, dentro de sus posibilidades y estructura de costos, naturalmente.

Si usted vuela de Madrid a Barcelona por 99 euros, ¿está haciéndolo en un vuelo barato?

¿Y si lo hace de Madrid a Ciudad de México por 599 euros? ¿Ése sí es un vuelo barato?

Es lógico que haya dudado al contestar a estas preguntas porque realmente el concepto de vuelo barato no existe en realidad.

Un vuelo es barato o caro dependiendo, en primer lugar, de la persona que va a comprarlo: si es un hombre de negocios con grandes ingresos económicos seguramente estos vuelos le parecerán baratos o de un buen precio.

En cambio, si el que los va a adquirir es un joven estudiante sin ingresos económicos, le parecerán caros.

Entre estos dos ejemplos se sitúan una inmensa cantidad de pasajeros a quienes los vuelos comentados les resultarán más o menos caros o baratos.

Pero, aparte de la persona que vaya a comprar los billetes de avión, hay otro modo de juzgar el precio de los vuelos: la referencia anterior.

Sea cual sea el precio actual, si antes estaban más baratos nos parecerán ahora caros, y si estaban más caros, nos parecerá que tienen un precio mejor.

¿Cuál es la situación actual de los precios de los vuelos?

Según todos los indicadores, ahora son más caros que el año pasado, y están experimentando una subida considerable y progresiva desde hace unos meses, que en mi opinión se mantendrá durante un tiempo más.

Es decir, en palabras llanas: los precios seguirán subiendo, ya que la demanda se ha fortalecido tras acostumbrarse mucha gente a viajar por precios razonables.

La época de sembrar terminó, y ahora las aerolíneas recogen los frutos, sorprendiéndose las mismas por lo abundante de la cosecha, tal y como dijo hace poco la IATA, al evaluar la rápida recuperación económica y la vuelta a los beneficios de las compañías del sector.

Esta asociación internacional, que acoge a 230 aerolíneas de todo el mundo, ha dicho sin embargo que  prevé que la reciente alza del precio de los pasajes de avión se moderará en los próximos meses, es decir, no seguirá incrementándose al ritmo actual, considerando que aumento en la capacidad ofertada por las aerolíneas se está acelerando en relación con la demanda.

Según la IATA, en agosto la demanda descendió, en comparación con el incremento del 9,5 por ciento registrado en el mes de julio, de forma que el panorama no es muy optimista para su director general, Giovanni Bisignani, el cual ha dicho que “la rápida mejora de la demanda que hemos visto a principios de este año se ha quedado atrás. El retroceso de la demanda en agosto es coherente con nuestra dura previsión para final de 2010 basándonos en los malos resultados sobre el empleo que ha tenido la política de estimulación monetaria de los gobiernos”.

Es decir, que de acuerdo a los datos de esta asociación, el precio de los billetes de avión en julio se ha incrementado en un 15 por ciento en relación con el mismo periodo del año anterior.

Claro que seguramente no en todos los países o zonas geográficas se habrá mantenido este incremento en los niveles revelados por la IATA.

Así, examinando en nuestra base de datos los precios de los vuelos para idénticas fechas de ida y vuelta y comprados con la misma anticipación durante el mes de noviembre de este año y del anterior, vemos que se ha producido un incremento medio de precio de casi el 37 por ciento.

Pero si consideramos los servicios auxiliares que antes estaban incluidos en los precios, como facturación de equipajes, comidas, pagos con tarjeta libre de gastos, etc. y que ahora se cobran aparte, entonces el aumento del precio experimentado en algunos vuelos podríamos decir que es brutal.

Hay que tener en cuenta que para las aerolíneas los ingresos auxialiares, es decir los que reciben por servicios complementarios, también han aumentado gracias al invento del desglose de la tarifa, y preparan una nueva serie de “comodidades” para vender al pasajero en cuanto éste ya se haya acostumbrado a pagar las que ahora se le exigen.

Una parte se percibe claramente por el consumidor ya que es el precio que pagamos al efectuar la reserva, pero otra ha quedado difuminada por el desglose de tarifas, que impide ver con claridad cual será el precio final de un vuelo.

Esto ha motivado que el impacto del aumento de precios percibido por el pasajero sea menor, ayudando a digerir una importante subida como si de un leve incremento se tratase.

Es cierto que mantener volando un avión con sus pasajeros es una actividad cara, pero mejores precios se podrían ofrecer si las compañías acometieran más reformas para mejorar su eficiencia, que de momento, según mi modo de ver las cosas, es bastante baja.

Le confieso que ignoro totalmente cuánto tiempo durará esta situación, pero presiento que, a pesar de las previsiones de la IATA, de momento tendremos más de lo mismo.

Más subidas de precio, más servicios de pago adicional y más incomodidades en los vuelos.

Claro que habrá que pensar que si las compañías aéreas están así ganando dinero y se mantiene la demanda de vuelos, ¿por qué habría que bajar el precio?

La única posibilidad es que, como señala la IATA, la oferta de asientos se acelere en relación con el aumento de la demanda.

¡Largo nos lo fía!

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