El aeropuerto de Madrid-Barajas acogerá un proyecto para la producción de biocombustible a partir de microalgas que se cultivarán en una plataforma tecnológica experimental situada en las instalaciones del aeropuerto.
El proyecto ha sido presentado este viernes en el Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis de Sevilla por el secretario de Estado de Transportes, Isaías Táboas; el presidente de AENA, Juan Ignacio Lema; el presidente de Iberia, Antonio Vázquez; y el presidente de AlgaEnergy, Augusto Rodríguez-Villa.
Está previsto que la planta tecnológica se sitúe junto a la T4 del aeropuerto madrileño, y cuenta inicialmente con un presupuesto de 600.000 euros, estando previsto que entre en funcionamiento a partir de junio próximo.
El centro tendrá por objeto la investigación y mejora de las tecnologías de captación de CO2 procedentes de las actividades aeroportuarias para el cultivo de microalgas que se destinarán a la producción de la biomasa con la que se pretende obtener biocombustible rentable.
AENA ha cedido el terreno en el que se instalará la planta de experimentación, la cual estará gestionada por AlgaEnergy y que ha sido diseñada por el Instituto de Bioquímica y Fotosíntesis Vegetal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y las Universidades de Sevilla y Almería.
Repsol también participa en este proyecto como socio tecnológico encargado de transformar los aceites de la biomasa en biocombustible.
La plataforma tecnológica utilizará el agua destilada de la depuradora de Iberia y el CO2 de las instalaciones de AENA y del Banco de Pruebas de Motores de Iberia en el aeropuerto, con lo que estas entidades reducirán sus emisiones de CO2 a la atmósfera.
Está previsto que tanto AENA como Iberia analicen el uso del biocombustible obtenido en sus vehículos de plataforma y en sus aviones.
La importancia de encontrar nuevas soluciones que permitan rebajar la factura del combustible a las compañías aéreas es clave también para evitar una elevación en el precio de los vuelos, manteniendo la rentabilidad de las mismas, ya que hasta un 30 por ciento de los costos generales de las aerolíneas son imputables a los gastos energéticos.
Según ha reseñado AENA, con este proyecto, tanto el ente gestor de los aeropuertos como Iberia se sitúan en vanguardia de las tecnologías de captura biológica del CO2, colaborando en las investigaciones para generar biocombustibles ecológicos que preserven el medio ambiente y contribuyan a un desarrollo sostenible.
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