miércoles, 9 de mayo de 2012

Mal servicio y vuelta de tuerca a los recargos en aerolíneas low cost

Las aerolíneas de bajo coste son especialmente dadas a prestar servicios cada vez más escuetos y aumentar la cantidad y el precio de los llamados servicios opcionales que prestan a aquellos viajeros que los solicitan para complementar las prestaciones de sus vuelos.

Además, sus rígidas políticas suelen generar molestias a los pasajeros, llegando, por ejemplo, a denegar el embarque a algunos de ellos por no ajustarse su documentación identificativa a los requerimientos de la aerolínea, a pesar de ser perfectamente adecuada desde el punto de vista de la normativa en vigor.

Ryanair y easyJet



Ryanair, según se informó días atrás, tuvo que indemnizar con 479,4 euros a un pasajero que volaba desde Barcelona a Valladolid al que no dejó embarcar sin mostrar el DNI que le había sido sustraído junto con la cartera en un robo, a pesar de que presentó una fotocopia del mismo, el carné de conducir y la denuncia que había formulado ante la Policía.

Menos ejemplar, si cabe, es el hecho de que la aerolínea de bajo coste EasyJet haya sido condenada en Francia a indemnizar con 5.000 euros a una pasajera discapacitada por haberle hecho desembarcar de uno de sus aviones, debido a que viajaba sin acompañante registrado y no era “autónoma” para desplazarse por la cabina de pasajeros para ir al baño de la aeronave.

En este caso, parece ser que esta pasajera había hecho el trayecto de ida de su vuelo con la misma aerolínea sin experimentar ningún tipo de inconvenientes, lo que introduce un nuevo motivo de inseguridad para el pasajero, que no solo se ve expuesto a las políticas y condiciones especificadas en el contrato de transporte, que al menos pueden ser aceptadas o rechazadas antes de efectuar su reserva, sino también a la interpretación que haga de las mismas el responsable de turno.

Si a la inseguridad que generan las políticas altamente restrictivas de los derechos de los pasajeros especificadas en el contrato y en los términos de la tarifa de algunos transportistas aéreos, se une la amplia interpretación de las mismas en función del personal que atienda al pasajero, puede darse un grave desequilibrio que coloque al viajero en una posición de evidente inferioridad para obtener un servicio adecuado.

Spirit en Estados Unidos



Claro está que esto no solo ocurre en algunas aerolíneas europeas de bajo costo, pues también en Estados Unidos se han dado incidentes similares con este tipo de líneas aéreas.



Así, esta semana, ha causado una importante controversia en los medios la decisión inicial de la aerolínea Spirit Airlines de no reembolsar el importe de una reserva a un pasajero que tras comprar su billete para visitar a su hija en Nueva Jersey, solicitó el reembolso después de que sus médicos le aconsejaran que no volara debido a la grave enfermedad que padece.

“Nuestras reservas no son reembolsables, lo que significa que no hacemos reembolsos”, señaló la compañía cuando fue preguntada sobre el asunto por los medios de comunicación estadounidenses, según han publicado estos.

Hace unos días, sin embargo, Ben Baldanza, director ejecutivo de Spirit Airlines, ha reconocido el error en un comunicado, añadiendo que “por lo tanto he decidido personalmente devolver al señor Meekins el importe de su pasaje aéreo”, señalando además que Spirit Airlines hará en su nombre una contribución de 5.000 dólares (3.800 euros) a la organización benéfica que él determine, además de hacer llegar “nuestras oraciones y mejores deseos al señor Meekins”.

Cargos “opcionales”



Eso sí, parece ser que el señor Baldanza, a pesar de sus buenos deseos y oraciones por la salud del pasajero afectado, lo cual le honra, ha anunciado un incremento en el cargo adicional que cobra su aerolínea a los pasajeros por el equipaje de mano, el cual podrá llegar hasta 100 dólares (77 euros) por cada trayecto a partir del 6 de noviembre, equipaje por el que pagan actualmente hasta 45 dolares (35 euros) por cada trayecto.

Aerolínea de bajo costo no tiene por que ser sinónimo de mal servicio, y no parece que sea buen servicio comenzar a anunciar al cliente una tarifa de 9 dólares y luego decirle que pagará hasta 100 dólares por trayecto por colocar su equipaje de mano en los compartimentos superiores de la aeronave.

Las aerolíneas merecen que se reconozca su esfuerzo, si es el caso, por ofrecer un servicio a bajo precio en el momento actual, pero para ello han de comenzar dando ejemplo respetando los derechos y la dignidad del cliente.

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