miércoles, 13 de junio de 2012

Cuatro ideas erróneas que impiden comprar vuelos baratos

Comprar vuelos baratos no es una tarea fácil, al menos en muchos casos. Si reservamos un vuelo de poco importe, pongamos que de 40 euros o menos, de los que a veces se ofrecen para viajar a algún destino de España o Europa, podemos considerar que no son muchas las probabilidades de encontrar un precio mucho más económico y, aunque encontrásemos alguno, tampoco sería mucho el dinero ahorrado.

En estos casos podemos reservar sin emplear demasiado tiempo y recursos en averiguaciones, pero si su importe es mayor o son varias las personas que van a viajar juntas, por ejemplo, una familia o varios amigos, entonces puede valer la pena emplear un mayor tiempo e ingenio en la forma de buscar y encontrar vuelos más baratos.

En vuelos intercontinentales o a destinos lejanos o caros, la diferencia de hacer una búsqueda superficial a otra mucho más eficaz puede significarnos el ahorro de cientos de euros, que sumarían cantidades importantes en viajes de dos o más personas.

Para efectuar una búsqueda eficaz que nos reporte el resultado de un vuelo rápido y barato es importante desechar algunas ideas preconcebidas o creencias que suelen limitar el proceso y orientación de nuestra búsqueda.

1. «Los cargos adicionales puedo evitarlos, lo importante es la tarifa del vuelo»


Esta creencia es común, y conduce inexorablemente a pagar más de lo pensado por nuestro vuelo.

[caption id="attachment_1348" align="alignleft" width="300" caption="Para comprar un vuelo rápido y barato es importante desechar algunas ideas preconcebidas."][/caption]

Los transportistas aéreos saben que la atención de muchos de sus potenciales clientes se fija en el precio anunciado, y compran basando en el mismo sus decisiones, por lo que anuncian precios bajos que luego se incrementan silenciosamente con algunos cargos por “servicios adicionales”.

Ciertos cargos opcionales sí podemos evitarlos, por ejemplo, las comidas y bebidas de pago que sirven a bordo durante el vuelo, un kit de entretenimiento de pago, un embarque preferente o la elección de un asiento con un mayor espacio para las piernas, entre otros servicios prescindibles.

Sin embargo, otros de los cargos supuestamente opcionales serán de difícil elusión, sobre todo si viajamos en compañías de bajo coste, por ejemplo, los que se refieren al pago con tarjeta de crédito, o incluso al equipaje, ya que si vamos a estar fuera de casa unos días o semanas es posible que no tengamos más remedio que llevar un equipaje mayor del que cada aerolínea tiene permitido transportar sin incurrir en cargos adicionales.

De hecho, los ingresos de muchas aerolíneas de bajo coste por estos conceptos complementarios va aumentando cada vez más, lo que significa que está creciendo el número de pasajeros que paga finalmente por sus vuelos un precio total mayor de la tarifa anunciada por el vendedor.

Solución: Considerar que el precio anunciado es un indicador poco relevante, ya que el importe que tendremos que pagar realmente dependerá de los servicios adicionales que tengamos que contratar, algunos de los cuales posiblemente no serán evitables.




2. «Ryanair (u otra aerolínea de bajo coste) es siempre la más barata»


Esta idea también es muy frecuente y, como en numerosas ocasiones no responde a la realidad, es otra forma en que los pasajeros suelen gastar más de lo necesario en sus vuelos sin darse cuenta de ello, al estar convencidos de que esta es la mejor alternativa posible, sin analizar si tienen a su alcance mejores opciones y precios.

La propias aerolíneas tratan de difundir esta especie para persuadir a sus posibles clientes de que no vale la pena perder tiempo en comparar sus precios con los de otras aerolí­neas que sirvan vuelos en competencia con ellas.

Por ejemplo, Ryanair se autodefine como “la única aerolínea ‘ultra low cost’ de Europa”, sin embargo sus precios no siempre responden a este concepto y otros transportistas aéreos de bajo coste, e incluso tradicionales, ofrecen en ocasiones mejores precios para un vuelo equivalente que la compañía irlandesa.

Algunas aerolíneas de este tipo tratan de convencer a sus clientes por medio de las ofertas y mensajes que muestran en sus sitios web o envían por correo electrónico de que sus precios son los más bajos del mercado, empleando técnicas de repetición, de forma que el cliente se convenza de que no es necesario comparar con otros vendedores.

Solución: Considerar que las ofertas y mensajes que provienen de parte directamente interesada (vendedor) no tienen relevancia para comprar vuelos baratos, por lo que se impone una comparación de los precios entre los posibles competidores.

3. «El seguro de viaje que ofrecen las aerolíneas cubre cualquier contingencia»


Las aerolíneas ofrecen a veces un seguro de viaje que se paga aparte y que suele cubrir supuestamente los conceptos de gastos médicos, cancelación del viaje, retrasos del vuelo, pérdida de equipaje, incluso quiebra de la propia línea aérea u otras contingencias similares.



El problema radica en determinar si los conceptos asegurados son los que convienen a un pasajero determinado en un viaje concreto, teniendo muy en cuenta las excepciones y restricciones que suelen incluir para el pago de compensaciones, lo que a veces hace que no se ajuste a las necesidades del pasajero y se convierta en otro método más de incrementar el precio del billete sin contraprestación práctica apreciable.

Por ejemplo, algunas aerolíneas incluyen seguros para la devolución del importe del vuelo en caso de quiebra de la aerolínea, pero si la compañía está obteniendo beneficios en sus resultados económicos, parece que esta posibilidad no es muy realista, y ello aumentará el precio del billete sin obtener ningún posible beneficio a cambio.

Solución: Leer detenidamente las cláusulas del contrato para ver si los conceptos asegurados se ajustan a nuestras necesidades, si la empresa aseguradora es una entidad solvente y si realmente necesitamos la cobertura que nos ofrece.

4. «Las aerolíneas se preocupan de dar el mejor precio y servicio posible para no perder clientes»


Esta idea tampoco se ajusta a la realidad, ya que tratándose de un negocio como cualquier otro, pero con millones de clientes, la mayoría de las veces diferentes, la satisfacción o insatisfacción individual de los mismos no es un concepto relevante, ni que afecte significativamente a sus beneficios.

Las ofertas que ofrecen no están orientadas a mejorar las posibilidades de sus clientes para volar a menor precio, sino a vender su producción para incrementar su rentabilidad, y se atienen a los criterios de mercadotecnia con los que se trata de persuadir a los potenciales clientes para que adquieran sus productos (los vuelos) sean o no estos los más convenientes y baratos para los mismos.

A veces, en las redes sociales, podemos observar como potenciales clientes piden cotizaciones de precios a las aerolíneas para el vuelo que planean, pero es difícil saber como se podrá comparar ese precio con otros competidores o combinaciones de ellos para obtener una mejor oferta, lo que suele conducir a compras poco interesantes.

Solución: Para comprar vuelos a bajo precio tendremos siempre que comparar las diversas opciones, sin caer en la ingenuidad de creer que buscando precios en el sitio web de una sola aerolínea o vendedor podremos comprar nuestro vuelo al mejor precio posible.

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