En la misma, anuncia su intención de presentar nuevas propuestas legislativas en la próxima primavera para tratar de acelerar su implantación, no descartando tomar otras medidas, como las de iniciar expedientes de infracción.
Actualmente, el espacio aéreo fragmentado acarrea ineficiencias operativas que ocasionan costes de casi 5.000 millones de euros suplementarios al año, que podrían ahorrarse una vez finalizado el proyecto.
Tal y como señalan los datos de la Comisión Europea, estas deficiencias añaden 42 kilómetros de distancia a un vuelo medio, lo que obliga a los aviones a gastar más combustible, generar más emisiones, pagar derechos de uso más altos y provocar mayores retrasos.
La nota de prensa de Bruselas subraya también que los Estados Unidos controlan el mismo espacio aéreo, con un mayor tráfico, a unos costes de casi la mitad que los europeos.
El vicepresidente Kallas ha declarado respecto al cielo único europeo que “transcurridos más de diez años, los problemas principales siguen siendo los mismos, demasiada poca capacidad, con la posibilidad de una incidencia negativa en la seguridad, a un precio demasiado alto”.
“Necesitamos pensar en otras soluciones y aplicarlas con rapidez. Hay demasiada fragmentación nacional. Las mejoras prometidas no se han concretado”, señaló el comisario europeo de Transportes.
Según ha explicado, tras completar el proyecto de cielo único europeo la seguridad será diez veces mejor, se triplicará la capacidad del espacio aéreo, los costes de gestión del tráfico se reducirán a la mitad y la incidencia en el medio ambiente disminuirá un 10 por ciento.
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