Así, puede darse el caso de hacer una compra a un determinado precio, cuando en ese momento, o en otra fecha posterior, puede adquirirse el mismo vuelo más barato o bien otro más adecuado a nuestras necesidades al mismo precio.
En general, reservar con rapidez y comodidad, especialmente a partir de aplicaciones de nuestros dispositivos móviles, puede conducir a pagar más de lo que normalmente se pagará por el mismo producto si se lleva a cabo una búsqueda eficaz, teniendo en cuenta los antecedentes de precios de nuestro vuelo.
En vuelos cuyo precio total es bajo, del orden de 50 euros, por ejemplo, quizá no sea mucha la diferencia cuantitativa, que puede llegar a los 10 o 20 euros en algunos casos, por lo que para algunos pagar ese sobreprecio para ahorrarse un tiempo de búsquedas y comparaciones puede ser totalmente razonable.
En cambio, en vuelos de larga distancia, reservar rápidamente, sin análisis ni comparaciones, puede originar un precio mucho más alto, lo que además puede ir unido a un vuelo de una menor calidad, al incluir escalas nocturnas o de mayor duración a las que ofrecen otras alternativas más baratas.
Ahorrar del orden de 300 a 400 euros es perfectamente posible en un vuelo de estas características, por lo que puede compensar sobradamente el esfuerzo de búsqueda realizado.
Hay errores comunes que invitan a finalizar la reserva rápidamente, sin buscar otras opciones, como el creer que no existen alternativas, pensar que una aerolínea es la única que ofrece ese servicio o la que lo sirve más barato, desconocer el precio al que realmente puede conseguirse el vuelo, no saber cuándo puede ser el mejor momento para hacer la reserva o pensar que utilizando el comparador de precios preferido obtendremos el vuelo al mejor precio posible.
Hay que tener en cuenta que las propias compañías aéreas a veces ofrecen sistemas o aplicaciones para hacer la reserva más fácil y cómoda, lo que en principio parece una buena idea, pero éstos no suministran información del precio de otras opciones de sus competidoras que pueden ofrecer una experiencia de vuelo más rápida o de mejor calidad a un precio igual o inferior al que ellas proponen.
Por eso, salvo algunas excepciones, la forma más rápida y cómoda de comprar los billetes para un vuelo no suele ser precisamente la más barata.
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