La aerolínea asiática mantiene una deuda de alrededor de 25.000 millones de dólares y ha indicado su intención de eliminar más de 15.000 puestos de trabajo, lo que supone una tercera parte de la plantilla, en un intento de reestructuración que devuelva a la compañía a la senda de la viabilidad.
Ayer lunes, las acciones de la aerolínea registraron un mínimo histórico, dejando a la compañía en un valor de tan sólo unos 150 millones de dólares, por lo que las personas que tienen inversiones en la misma podrían perder la mayor parte de su dinero.
Según se informa, la aerolínea continuará sus operaciones gracias a las ayudas del estado, pero deberá pasar por un drástico proceso de reestructuración que también incluirá una nueva junta directiva para la compañía.
No obstante, la aerolínea tendrá un complicado panorama ante sí, dado que la crisis del sector no ha concluido, además de vislumbrarse subidas inminentes en el precio del petróleo, además de que la demanda de los pasajeros no parece que vaya a recuperarse de forma substancial en el corto plazo.
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