martes, 20 de abril de 2010

El caos aéreo se instala en Europa: van 63.000 vuelos cancelados



Por cuarto día consecutivo el tráfico aéreo en España se ha visto suspendido, con millares de vuelos cancelados por la inseguridad creada por la gigantesca nube de cenizas que está lanzando a la atmósfera el volcán islandés.

Las previsiones para hoy, lunes, no son precisamente halagüeñas, aunque se piensa que puedan operar la mitad de los vuelos programados.

Así, en este sentido, se espera que a las siete de esta tarde pueda abrirse el espacio aéreo en el Reino Unido, que mantiene cerrado el aeropuerto de Heathrow, de uno de los principales aeropuertos europeos.

Según informó Eurocontrol, la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea, ayer domingo sólo pudieron ser operados 5.000 vuelos de los 24.000 que se hubiese esperado operar en el caso de un domingo sin la incidencia de la nube de cenizas.

Hasta la madrugada de hoy lunes permanecían cerrados los espacios aéreos de Bélgica, partes de Croacia, Checoslovaquia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, partes de Francia, gran parte de Alemania, Hungría, Irlanda, norte de Italia, Holanda y partes de Noruega, Polonia, Romania, Rusia, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Ucrania y Reino Unido.

Sólo los países del sur del continente vienen operando con cierta normalidad, a excepción de los vuelos que tengan como origen o destino alguno de los países europeos afectados por la erupción del volcán Eyjafjalla.

Eurocontrol, ha apuntado en un comunicado que se espera que hoy la evolución de la nube de contaminación permita reabrir los espacios aéreos de algunas zonas menos afectadas, de forma que las operaciones suspendidas puedan restablecerse.

El Sindicato Británico de Pilotos de Líneas Aéreas ha publicado un comunicado en el que muestra su preocupación por la situación planteada por la contaminación de cenizas y ha pedido a las autoridades británicas encargadas de la seguridad aérea que consulten con expertos de otros países que tengan una mayor experiencia en este tipo de situaciones, preguntando a su vez qué criterios se van a utilizar para decidir cuándo es seguro reabrir de nuevo el espacio aéreo.

No menor preocupación es la mostrada por las compañías aéreas, ya que a su delicada situación económica actual, se unen ahora las consecuencias negativas de esta suspensión de actividades, que según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), supone para las mismas unas pérdidas diarias cifradas en unos 150 millones de euros, ya que los seguros no suelen cubrir este tipo de emergencias.

Así, las asociaciones de aeropuertos y de las compañías aéreas europeas creen que las medidas de seguridad que se están tomando son excesivas, ya que estas contaminaciones volcánicas ya han sucedido en otras partes del mundo, sin que las restricciones aplicadas hayan llegado a los términos de las que se están poniendo en marcha en Europa.

Las autoridades responsables de la seguridad de la navegación aérea, más preocupadas por mantener los términos de seguridad en los niveles más elevados, han hecho caso omiso hasta el momento de las pruebas con vuelos sin pasajeros que diversas compañías aéreas, que ven como sus economías se están deteriorando por momentos, han llevado a cabo para evaluar los posibles daños que las aeronaves puedan experimentar al atravesar la capa de residuos volcánicos.

KLM y Air France se encuentran entre las compañías que ya han efectuado estas pruebas, con resultados, al parecer, positivos, a las que también se ha unido Lufthansa y Air Berlín, que asimismo han indicado que sus aeronaves no han sufrido desperfectos tras los vuelos de prueba.

Sin embargo, no hay unanimidad entre los expertos, al haber algunos que insisten en que las cenizas volcánicas pueden tener efectos devastadores para las turbinas de las aeronaves, que pueden llegar a paralizarlas, como parece ser que ya ocurrió en una ocasión al atravesar un avión una nube volcánica, en la que se produjo la parada de los motores en pleno vuelo y en la que, afortunadamente, el piloto consiguió reiniciar uno de ellos cuando ya el accidente por amerizaje parecía inevitable.

Los más de 63.000 vuelos cancelados desde que el pasado jueves se extendiera por Europa la nube volcánica, suponen, no obstante, una grave distorsión de las actividades de la sociedad actual e innumerables problemas para los miles de pasajeros que se encuentran bloqueados en los aeropuertos europeos sin poder llegar a su destino.

En esta situación, los pasajeros no son indemnizados, como cuando el retraso o incumplimiento en el transporte se produce bajo la responsabilidad de la aerolínea, por lo que sólo tienen derecho al cambio de fechas o reembolso del dinero, alojamiento, alimentación y demás atenciones esenciales.

La presión y las fuertes críticas de las aerolíneas hacia los reguladores de la seguridad ha hecho que las agencias alemanas encargadas de la aplicación de las medidas de seguridad hayan rechazado estas críticas y presiones, poniendo de manifiesto que sólo se guían por razones de seguridad, no por motivaciones económicas.

Eurocontrol también aclaró anoche que ellos no son los responsables de la aplicación de las medidas de apertura o cierre de los espacios aéreos, sino las autoridades competentes en esta materia en cada país.

Si hoy lunes se consigue operar la mitad de los vuelos previstos, sería un alivio para el sector, mientras que si el espacio aéreo permanece cerrado en los mismos términos que ayer domingo, la situación podría hacerse insostenible.

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