sábado, 26 de junio de 2010

Haga cinco favores a sus compañeros de vuelo



Viajar en avión es una experiencia a veces desagradable, pero no crea que las dificultades comienzan cuando atravesamos la puerta del avión, sino que ya desde el momento en que necesitamos reservar el vuelo empiezan nuestros inconvenientes.

Encontrar el momento de reservar el vuelo sin pagar más de lo necesario por el mismo es el primer reto a superar.

No es nada fácil, y muchas personas carecen de la paciencia y dedicación que se necesita para ello, así que éstos son los candidatos ideales para pagar más de la cuenta.

Claro que en nuestro sitio web facilitamos la vida de quienes tienen esa primera tarea por delante, haciendo que el árido tema de encontrar una buena oferta sea menos tedioso, e incluso divertido.

Si usted es de los pocos que consiguen pagar menos que la mayoría de sus compañeros de vuelo, puede empezar su viaje con una dosis de optimismo extra para abordar los siguientes inconvenientes que le esperan.

Por experiencia he observado que muchos de los vuelos de medio y corto recorrido son más cómodos que los intercontinentales o de largo recorrido.

La gente es más educada al comienzo del vuelo, pero cuando se llevan ocho o más horas dentro del avión el cansancio hace que muchas personas se olviden de sus buenos modales.

Tenga cuidado cuando deje su chaqueta u otras prendas delicadas en el compartimento superior del avión, se expone a que quede completamente inservible después de que un pasajero desconsiderado, se empeñe en meter en el mismo su bolsa de viaje, después de hacerse hueco a la fuerza aplastando sus prendas entre su equipaje y el lateral del compartimento.

Favor uno: Coloque su equipaje en el compartimento que le corresponda, pero si ve que no cabe, busque otro lugar libre (a veces los hay), pero no deteriore los equipajes u objetos que otro pasajero ya colocó allí.

Claro que lo peor que puede ocurrirle es verse atrapado en su asiento de la parte central flanqueado por dos compañeros (o compañeras) de viaje corpulentos que rebasan y absorben los reposabrazos de su asiento, dejándole literalmente encajado en el mismo, sumido en la reflexión de qué movimientos tendrá que llevar a cabo para tomar los alimentos de la comida, sin que dé con el codo en el costado del compañero o se le caiga la pasta o el pollo al suelo cuando intente llevárselo a la boca.

Favor dos: Si usted es demasiado corpulento para viajar en un asiento sin invadir el campo del pasajero de al lado compre dos billetes, ya que así irá más cómodo y el pasajero de al lado se lo agradecerá.

Si consiguió evitar el peligro de un compañero de al lado invasor, todavía puede sufrir los efectos de un compañero delantero desconsiderado.

Es cierto: confieso que siento odio por los pasajeros que viajando delante de mí, engullen la comida en cinco o diez minutos y luego reclinan su asiento a tope para dormir la siesta, dejándome literalmente emparedado mientras todavía me queda por tomar la mayor parte de la comida amablemente servida por la azafata.

Si además roncan, como ya he visto en alguna ocasión, la cosa podría pasar a mayores.

Favor tres: Coma tranquilamente, nadie le quitará su comida, y espere a que todo el mundo haya terminado y la azafata haya retirado el servicio para reclinar un poco su asiento.

En los vuelos largos algunas personas se quitan los zapatos, pero no es de buen gusto sacar los pies desnudos a mitad del pasillo: alguien puede pisarle inadvertidamente al pasar si no está bien atento, y además podría herir las papilas olfativas de los pasajeros que se encontrasen próximos a usted.

Favor cuatro: Si ha de descalzarse mantenga sus pies debajo del asiento anterior, lejos de las miradas del resto de pasajeros, y, por supuesto, ni se le ocurra ir con los pies desnudos al baño del avión.

Como muchos vuelos largos son nocturnos es normal que pueda dormirse durante su transcurso, pero sea considerado: si se duerme, procure no causar molestias a los demás, sobre todo si ronca.

El colmo es que, como me tocó ver en una ocasión, se acueste en varios asientos vacíos y con los pies descalzos ocupando la mayor parte del pasillo, dificultando el paso al baño del avión, como me encontré en la ocasión referida.

Favor cinco: Si se duerme, hágalo con discreción, sin invadir espacios ajenos ni apoyarse en el vecino de asiento o causar ruido o molestias a los demás.

Además, tenga cuidado de despertarse a tiempo, no vaya a ser que le ocurra como a una mujer que hace poco permaneció sola y dormida durante cuatro horas en el interior de la aeronave cuando todos los pasajeros y la tripulación habían abandonado ya el aparato.

Gracias a que los equipos de limpieza la encontraron cuando todavía estaba en los brazos de Morfeo y la despertaron para que por fin pudiera abandonar el avión...



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