jueves, 15 de julio de 2010

3 trampas irritantes a la hora de reservar un vuelo



Siempre he pensado que reservar un vuelo debería ser la cosa más fácil del mundo, dado los recursos tecnológicos al alcance de los pasajeros y la enorme y creciente cantidad de metabuscadores, agregadores, comparadores y otras yerbas, que se empeñan tenazmente en decirnos que buscan y comparan precios en 100, 200 y hasta 300 webs, como si tan masivas comparaciones fueran a resolvernos el problema de encontrar nuestro vuelo más barato.


De esto les hablaré otro día, ya que hoy me refiero a las “trampas” que aerolíneas y agentes vendedores ponen a los potenciales clientes para atraerlos a cerrar la reserva con ellos.

1. Odio que me digan en su publicidad el precio por trayecto.

Esto es absolutamente irritante, ya que advierten que ese precio es para vuelos de ida y vuelta; luego entonces, ¿para qué me sirve conocer el precio de un trayecto si tengo que comprar los dos trayectos obligatoriamente?

Quizá a usted se le ocurra pensar que tampoco es para tanto ya que con multiplicar mentalmente ese precio por dos ya puedo saber el precio total que va a costarme el vuelo.

¡Pues no señor!, está muy equivocado ya que el precio del trayecto publicitado no tiene por qué ser el mismo que el del trayecto ocultado por la publicidad.

Acabo de ver un precio de un vuelo a 6 euros en una de las muchas ofertas que a diario se reciben por email y cuando intento reservarlo veo que se trata del precio de la ida, pero de entre las posibles vueltas que me ofrece el sitio web la más barata es de 69 euros, con lo que ya comienza por costarme 75 euros un vuelo de 6 euros, a falta de los consabidos recargos que muchas aerolíneas aplican por diferentes motivos.

2. Odio la inseguridad de no saber fácilmente los recargos en que puedo incurrir.

Ahora que se generalizó la tendencia a cobrar como extras multitud de servicios que antes iban incluidos en el precio del billete, adquirir la seguridad de saber en cuantos recargos se pueden incurrir no es cosa fácil si no se viaja con frecuencia o se está bien informado de la evolución de esta lucrativa moda (para las aerolíneas, claro).

No es que los recargos estén ocultos, sino que son difíciles de ver o comprender su alcance y aplicación en los diversos casos.

También los usuarios podemos tener una parte de culpa por no leer minuciosamente las condiciones, así que finalmente son muchos los que reciben desagradables sorpresas al observar como crece el precio de un vuelo inicialmente barato.

3. Odio no saber cuánto me costará en total un vuelo cuando estoy reservando con la agencia o aerolínea hasta que no haya completado todos los datos personales y me apliquen los correspondientes gastos de gestión.

Muchos agentes y aerolíneas tienen costumbre de publicar el precio del vuelo sin gastos de gestión, sólo con el objetivo de que el precio inicial sea más barato y pueda competir en mejores condiciones con los de la competencia o aparecer en los primeros puestos de los buscadores, que son los que normalmente mira el comprador para reservar su vuelo.

Con este último objetivo, algunos llevan esta técnica a tal extremo que hacen un pequeño descuento en el precio de la tarifa, pero luego aplican mayores gastos de gestión, por supuesto después de haber tenido el comprador que facilitar todos sus datos, con lo que un vuelo escogido por ser inicialmente más barato se convierte en uno algo más caro o de igual precio que aquellos que en la tarifa inicial parecían tener precios más elevados.

Todas estas “trampas” son absolutamente odiosas y hacen que el proceso de reservar un vuelo no sea un acto claro, sencillo y rápido para el pasajero.

Claro que si usted supera con éxito estos obstáculos, no se confíe: le esperan otros nuevos cuando se disponga a tomar el vuelo que contrató, aunque de esto hablaremos en la próxima ocasión.

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