Aunque aún faltan meses para las vacaciones de verano, son muchos los que se preguntan cómo evolucionará el precio de los vuelos, temiendo la posibilidad de importantes subidas de aquí a esos meses.
En líneas generales, tengo la impresión de que viajar este verano será más caro que en los dos últimos años, pero que aún así habrá oportunidad para que algunos viajeros consigan precios muy baratos.
Uno de los factores que amenaza gravemente la estabilidad de los precios y los presiona al alza es el precio del petróleo, ya que hay que tener en cuenta que los costos de operación para las aerolíneas, derivados del combustible, pueden llegar hasta el 30 por ciento.
Ahora, el precio del barril de Brent está situado sobre los 100 dólares, pero nadie sabe a ciencia cierta cómo evolucionará en las próximas semanas, aunque tengo la impresión de que las probabilidades de que vaya subiendo son considerables.
En este caso, comprar vuelos baratos ya no será tan fácil ni frecuente, ya que las compañías aéreas tendrán finalmente que repercutir al menos una parte del incremento de costos en el precio del billete.
Es cierto que las aerolíneas ante esta situación también pueden buscar otras soluciones, como ser más competitivas, recortando gastos internos, renovando sus aviones por otros más eficientes y económicos, etc., pero todo ello lleva tiempo y requiere también inversiones o gastos.
Así que lo más probable es que un aumento de precios esté a la vuelta de la esquina en aquellas compañías aéreas que aún no se han atrevido a dar tan impopular paso.
En Estados Unidos, las aerolíneas efectuaron ya varias subidas de precios, aunque en la última dieron marcha atrás deshaciendo la subida que ya habían aplicado ante la mala aceptación de la medida por parte de sus clientes.
En España, Iberia reconoció haber subido 10 euros el recargo por combustible que se aplica a las tarifas de los vuelos de largo recorrido, lo que sitúa a este recargo en hasta 200 euros para volar a destinos intercontinentales.
Las demás aerolíneas, si no lo aplican la subida en este momento es muy probable que tengan que hacerlo de forma inminente.
Con el incremento de este recargo reconocido o no, lo ciento es que los vuelos, por los datos que manejamos, se han encarecido ya y seguirán haciéndolo en el futuro inmediato, ya que las compañías aéreas si no pueden trasladar fácilmente el sobrecosto del combustible a los precios reducirán la oferta para mantener el nivel de sus ingresos.
Ahora bien, si usted es de los afortunados que se tomará sus vacaciones de verano volando a un destino más o menos alejado, piense que incluso en el turbulento panorama actual de los precios de los vuelos hay algunas posibilidades de que pueda conseguir el suyo a un buen precio.
Y es que si bien el precio medio de los vuelos es ahora mayor y seguirá incrementándose, las aerolíneas lanzan ofertas y promociones con mayor alarde publicitario para contrarrestar los efectos disuasorios que el alza de los precios tienen para una parte de potenciales pasajeros, acostumbrados a comprar vuelos más baratos.
Tenga en cuenta que el hecho de que el precio medio sea mayor no significa que no haya algunos asientos a precios muy baratos, incluso más baratos que antes; sólo significa que muchos pasajeros tendrán que pagar su billete más caro que antes y algunos mucho más caro, pero si usted consigue no formar parte de esos grupos, no tiene nada de que preocuparse respecto al precio que pagará por su vuelo.
Las aerolíneas de bajo costo tienen un mayor problema para manejar un elevado incremento del precio del combustible, ya que es más difícil que puedan reducir gastos estructurales, y tendrán que incrementar los precios o tratar de aumentar el capítulo de las subvenciones que reciben de los agentes locales y de promoción turística.
De hecho, no se puede descartar que si el precio del petróleo sube más y se mantiene a precios elevados, las aerolíneas “low cost” pueden tener sus días contados, encaminándose a su lenta desaparición para reconvertirse en compañías de precios moderados.
Pero, de aquí al verano, aunque los precios de las “low cost” también serán más caros, todavía habrá ofertas para viajar por precios muy baratos, que un hábil viajero sabrá encontrar y aprovechar.
Si va a viajar en julio o agosto ahora es un buen momento para empezar a interesarse por los precios de su vuelo: aun dentro de la actual incertidumbre no es aconsejable adelantarse demasiado a la compra si quiere obtener un vuelo barato.
A partir de abril es cuando las compañías aumentan el número de ofertas para no arriesgarse a perder negocio por culpa de unos precios más altos, considerando que una buena parte de los pasajeros “impacientes” y “previsores” ya habrán subvencionado, con sus compras anticipadas a precios más altos, la mayor parte de estas ofertas.
Si tiene un buen sentido de la oportunidad, usted podrá aprovechar mejor las ofertas para su viaje de vacaciones a precios parecidos a los del año pasado.
No es difícil pensar que este verano los precios de los vuelos serán más caros, incluso bastante más caros que en 2010, pero con suficientes oportunidades para seguir aprovechando las promociones que las aerolíneas lancen al mercado.
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