lunes, 19 de marzo de 2012

Aerolíneas de bajo coste: la imagen proyectada y la realidad

Las redes sociales se muestran actualmente muy activas en cuanto al potencial difusor de las ofertas de vuelos a diferentes destinos por parte de las compañías aéreas, que emplean sus cuentas en las mismas para acercar el producto a sus potenciales clientes.

Como corresponde a una época de grave crisis, como la que atraviesa ahora Europa y otros países del mundo, la demanda de vuelos a precios económicos se ha incrementado, y según el curso previsible de los acontecimientos, la tendencia continuará en los próximos años.

Viajar en clases superiores



Desde luego, hay muchos pasajeros de negocios que prefieren la comodidad de volar en clases superiores para abordar descansados y en perfecto estado su trabajo en el lugar de destino de su vuelo, o recuperarse del mismo si está de vuelta.

En este sentido, las compañías aéreas están haciendo un notable esfuerzo inversor para mejorar las comodidades ofrecidas a este tipo de clientes, ya que además les rinden una parte sustancial y relevante de sus ingresos.

Sin embargo, fuera de este segmento, una mayoría de pasajeros lo que demanda es que los vuelos sean cada vez más baratos y asequibles, ello a pesar de que se desliguen del transporte servicios complementarios que hasta hace pocos años se consideraban consustanciales con el mismo.

Los vuelos de precios bajos



Se trata, pues, del mercado de los demandantes de vuelos baratos, que mentalmente ya aceptan serias limitaciones en los servicios sin cargo que obtendrán por el pago de su billete.



Para afinar la sintonía con estos potenciales clientes las aerolíneas de bajo coste tienden a dar la imagen de que todas sus actuaciones van dirigidas a reducir los gastos, de forma que se resalte públicamente que esta reducción repercute de inmediato en un menor precio para el pasajero.

Polémica hecha dinero



Como es sabido, en Europa, Ryanair es experta en generar todo tipo de polémicas que los medios recogen generosa y abundantemente debido a lo llamativas que son a veces las historias generadas por la operadora aérea irlandesa, de forma que además suscitan encendidos debates en las redes sociales, que finalmente refuerzan y promueven la idea de que las mismas son consecuencia de las actuaciones para mantener los bajos precios que ofrece la compañía.

En este contexto, lo beneficioso es el refuerzo de la idea de los bajos precios, siendo poco menos que irrelevante que los comentarios vertidos sean positivos o negativos, complacientes o insultantes, ya que finalmente una gran mayoría de quienes los hacen, tanto en uno como en otro sentido, son clientes ocasionales o habituales de la aerolínea.

El caso Volotea



A medida que algunas compañías aéreas han desaparecido del panorama aéreo español, como ha sido el caso reciente de Spanair, otras como Volotea han hecho su aparición, aunque no está claro todavía como será su evolución, peso y significado en el futuro escenario de los vuelos de precios bajos en España y Europa.

Por ejemplo, Volotea, que a sí misma se define como “low cost”, se encuentra ya inmersa en una notable polémica debido a los bajos salarios que estarían ofreciendo a sus nuevos tripulantes de cabina y que ha generado en Twitter un aluvión de polémicas criticando esta situación.

Veamos, como muestra, una de las opiniones críticas generadas en Twitter:

https://twitter.com/#!/TCPazafataVuelo/status/180265652748165120

Naturalmente, la empresa ya señaló que los contratos de los trabajadores reclutados en Italia se ajustan a la normativa laboral existente en el país vecino, aunque eso no significa, en mi opinión, que este colectivo, que desarrolla un trabajo difícil y técnicamente mucho más complejo de lo que normalmente se suele creer, quede justamente remunerado con las retribuciones que al parecer se proponen.

Proyectar la imagen que interesa



Ahora bien, no se podría asegurar que en modo alguno toda esta polémica perjudique a la nueva compañía, antes al contrario, ya que refuerza la imagen de aerolínea de vuelos de precios bajos que le conviene que sea claramente percibida por sus potenciales pasajeros.

Por supuesto, también en Twitter se ha debatido sobre esto, con opiniones en uno u otro sentido, como esta interesante pregunta que plantea Emilio Folgar:

https://twitter.com/#!/emiliofolgar/status/179713238534074368

Lo cierto es que en este caso, el camino seguido por la nueva aerolínea de bajo coste parece que va en la dirección adecuada para focalizar la imagen de compañía con la que se podrá volar por muy poco dinero, lo que atrae a viajeros que buscan nuevos destinos a bajo precio, aunque también hay quien duda de las tarifas muy reducidas.

https://twitter.com/#!/manuelbustabad/status/179935200657158145

El comprador informado ya sabe que en fechas de escasa demanda pueden conseguirse a veces algunos precios moderadamente bajos, sin embargo, en días de demanda media o alta los precios pueden ser caros o muy caros, pese a tratarse de compañías de bajo coste, cosa que muchos compradores parecen no tener demasiado clara.

Precios de apariencia económica



Un ejemplo de precios medios lo podemos encontrar en el vuelo de ida y vuelta ofrecido por Volotea desde Santiago de Compostela a Venecia del 29 de abril al 6 de mayo, que, en el momento de nuestra observación, oferta por 149 euros, incluidas las tasas.

En realidad, el éxito a nivel de publicidad de las compañías de bajo coste radica en defender la idea de que sus precios son más bajos de lo que realmente son en muchas ocasiones, diversificando los mismos de forma que a veces sea posible encontrar algunos realmente bajos, lo que refuerza la creencia del comprador acerca de la posibilidad de poder viajar a precios muy reducidos.

Por supuesto, a veces los destinos que ofrecen las compañías de bajo coste son interesantes y sus precios también lo son si no hay disponibles otras alternativas mejores o a mejor precio, lo cual suele suceder con algunos orígenes o destinos.

Ofertas poco relevantes



En cualquier caso, si se quiere ahorrar dinero siempre es conveniente comparar los precios y las diferentes opciones disponibles, teniendo en cuenta que las ofertas que nos anuncian las compañías no están pensadas especialmente para beneficiar al pasajero, sino que son lo que realmente son: herramientas y recursos comerciales para vender la producción obteniendo el máximo rendimiento posible.

No hay nada de malo quizá en la imagen que pretenden proyectar estas aerolíneas y en sus técnicas comerciales agresivas, como algunos las denominan, más allá de que puedan gustar más o menos a unos u otros, ya que el comprador informado debe saber de qué le están hablando cuando le presentan una oferta y qué procedimiento ha de seguir para obtener el mejor rendimiento de lo que paga por su vuelo.

La mayoría de las frustraciones que pueden verse exteriorizadas en las redes sociales, concretamente en Twitter, provienen del ámbito de las expectativas erróneas del comprador, inducidas en ocasiones por la exposición a la publicidad orientada, y que, como ocurre con cualquier creencia, puede que finalmente se corresponda con la realidad o no.

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