En una nota de prensa, el grupo aéreo informó que debido a esta circunstancia la compañía española seguirá adelante con su plan de reducción de capacidad anunciado en su momento y que será del 15 por ciento para este año.
Con este plan se pretende que la compañía alcance el equilibrio en términos de flujo de caja operativo en la segunda mitad de este año, mientras espera que pueda obtener niveles de rentabilidad aceptables en 2015.
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, manifestó estar decepcionado por no haber podido alcanzar un acuerdo, recordando que “Iberia sigue lista y dispuesta a negociar con los sindicatos”.
“Estamos determinados y unidos para llevar a cabo los cambios que sean necesarios con el fin de asegurar la supervivencia y viabilidad futura de Iberia”, señaló el ejecutivo.
De esta forma, después de tres meses de propuestas y negociaciones, la aerolínea se encamina hacia la aplicación del plan de transformación de noviembre, que incluye el recorte de 4.500 puestos de trabajo, una disminución en los sueldos que va del 25 al 35 por ciento y la reducción de capacidad del 15 por ciento indicada.
Para ello, Iberia ha previsto ya la eliminación de rutas y frecuencias de vuelos deficitarias para desarrollar su capacidad operativa en las que le resultan más rentables, lo que incluye la disminución de su flota en 25 aeronaves.
El pasado jueves la compañía presentó una propuesta final que suponía una reducción de plantilla de 3.147 empleados, un 30 por ciento inferior al plan de transformación inicial, la cual no fue aceptada por los sindicatos.
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