sábado, 4 de mayo de 2013

¿Por qué el proceso de reservar un vuelo es laborioso y difícil?

Si tú o yo nos disponemos a viajar y decidimos que usar la vía aérea es la mejor solución, la primera experiencia por la que deberemos pasar es la de encontrar un vuelo que se ajuste a nuestro presupuesto, cosa que a veces parece fácil con la tecnología disponible actualmente.

Pero, ¿esto es realmente así? ¿El fácil acceso a los sitios web de los buscadores, vendedores o líneas aéreas desde nuestros ordenadores o dispositivos móviles hace que se pueda conseguir este objetivo de una forma sencilla y eficaz?

En algunas rutas donde apenas hay opciones disponibles porque, por ejemplo, solo la trabaja un transportista aéreo, quizá la experiencia sea más llevadera, o incluso muy simple, ya que se limita a examinar el sitio del vendedor y seleccionar la opción que más nos convenga, aunque como los precios varían continuamente, esto no nos libra de tener un buen conocimiento del proceso de compra si no queremos sentarnos en el avión al lado de un pasajero que pagó por su vuelo mucho menos que nosotros.

Buscadores


Si vas a hacer un viaje a países más lejanos, y cuyos vuelos son lógicamente más caros, quizá supongas que un primer paso será usar un buscador para comparar precios y, tras examinar las opciones ofrecidas, quedarte con el más barato que satisfaga tus necesidades.

Así que para evaluar la experiencia podemos buscar un vuelo, por ejemplo, de Madrid a Monterrey, en México, para viajar en la segunda mitad del mes de julio.

Aunque de antemano he comprobado por otros medios que hay opciones disponibles en la banda de los 950 a los 1.050 euros, haremos lo que cualquier potencial interesado haría en este caso, así que comienzo abriendo cuatro buscadores de los más populares, e introduzco los datos correspondientes.

El buscador número uno me dice que ha encontrado 154 resultados y que el mejor precio posible es de 1.176 euros con dos escalas, mientras que el buscador número dos señala que ha encontrado 148 resultados y el mejor precio es de 1.189,80 euros.

Por su parte, el buscador número tres muestra que ha encontrado 452 vuelos (parece que se lo tomó más en serio) y que el menor precio es de 1.158 euros, en tanto que para el número cuatro, que ha encontrado 240 vuelos, el mejor precio que hay es de 1.271 euros.

Desinformación


Como los resultados que muestran ofrecen diferentes opciones de tiempos, horarios, aerolíneas, escalas y aeropuertos intermedios, no tendría más remedio que examinar alrededor de un millar de posibilidades, lo que sin duda nos ocuparía mucho más de una hora, ya que en algunos hay que desplegar ventanas adicionales para ver los detalles.



Curiosamente, uno de los buscadores muestra en primer lugar un precio marcado como una oferta promocionada y que es unos 25 euros más caro que el más barato que aparece debajo, tratándose de idéntico producto (aerolíneas, horarios, escalas, etc.), lo cual parecería ser completamente absurdo, tanto para el anunciante (tendría sentido si fuese más barato) como para el potencial comprador, que pudiera verse inducido a error.

Quizá esté ahí para que quienes siguen el primer enlace de los resultados indiscriminadamente paguen un poquito más por su vuelo en beneficio de quienes observen estos resultados con mirada más aguda y encuentren la misma opción a mejor precio.

Otro de los buscadores muestra en el primer lugar de los resultados un anuncio fascinante. Reza así: “Monterrey desde 320 euros. Solo hasta el 30 de abril”.

Como estamos viendo precios del orden de más de 1.100 euros, y en el momento de la observación estamos a 29 de abril, parecería, a ojos inexpertos, que aún podría viajar por mucho menos de lo que en principio había considerado un buen precio. ¿Será cierto?

Otro de los buscadores muestra igualmente el anuncio que promete viajar a Monterrey desde 320 euros, esta vez al lado de los resultados y bajo un rótulo que indica que es también un enlace patrocinado.

El último buscador que señalaba 1.189,80 euros no muestra enlaces patrocinados ni anuncios en la página, sino solamente los resultados, con una información que podría ser mucho más adecuada y manejable para un comprador no experimentado y atento.

¿Y ahora qué?


Seguramente te estarás preguntando qué ha pasado con el anuncio de los 320 euros. ¿Se podía viajar a ese precio? ¿Era una buena oferta?

Tras seguir el enlace e ir al sitio web del vendedor, aparece un cuadro de búsqueda para un vuelo de Madrid a Ciudad de México, en las fechas indicadas, que arroja un precio de 809 euros. Ni 320 euros ni a Monterrey. ¡Vaya!

Una vez examinados muchos de los resultados y opciones parecería que he encontrado un precio que, sin ser el esperado y comprobado por otros medios, sería el más barato de los mostrados, así que hago clic en el enlace de reservar.

Esto me lleva al sitio web de la aerolínea para comprar los billetes para el vuelo y terminar el proceso, que ya se estaba convirtiendo, a mi parecer, en algo monótono y poco productivo.

Lástima que un aviso que señala que “la tarifa o el itinerario visualizado no está disponible en este momento” me impida continuar con la reserva y acabar el proceso.

Ha pasado más de media hora y aún no he encontrado el precio adecuado ni he podido finalizar la reserva... ¡habrá que empezar de nuevo!

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