miércoles, 21 de julio de 2010

Cuatro consideraciones para conseguir vuelos baratos



Hasta hace no mucho tiempo, los billetes de avión tenían un precio más o menos estable e incluía todos los servicios que se consideraban normales para viajar en avión, como comidas o aperitivos a bordo, facturar sin sobrecosto el equipaje del pasajero, y así otro sin número de pequeños servicios que suelen darse en el transcurso de un vuelo, incluido el proceso preliminar de compra de los billetes.


Sin embargo, la crisis y las compañías denominadas de bajo costo o vuelos baratos han cambiado el panorama, y tal y como ya indicamos hace meses, la mayoría de las compañías aéreas, por la presión del sistema, terminarán apuntándose al desglose de tarifas, donde el propio transporte figura como el único concepto recogido en el precio, desprovisto de servicios adicionales, a los cuales las compañías podrán sacarle un rendimiento económico extra.

El proceso de aplicación del desglose de tarifas no ha hecho más que empezar: muchas aerolíneas no lo aplican en su totalidad o han comenzado a hacerlo por los conceptos más significativos, como es el cobrar por la facturación del equipaje, exclusión hecha de la pequeña maleta de mano que se aloja en los compartimentos superiores de la cabina de los aviones.

Así, el costo total del vuelo, antes comprendido en la tarifa, queda oculto y difuminado entre multitud de pequeños servicios adicionales, de caracter opcional, que pueden contratarse o no a conveniencia del pasajero, quedando sólo visible el precio de la tarifa, que debido a este sistema puede tener un precio algo más bajo, o por lo menos igual, que el que venía teniendo con anterioridad, por lo que estos ingresos se suman a la tarifa para las compañías aéreas, significando un mayor precio del vuelo en términos anteriores, pero sin parecerlo.

Esta técnica funciona bien, como lo han demostrado las compañías aéreas de bajo costo, que en los últimos tiempos, y a pesar de la crisis, son las únicas que han podido aumentar su cuota de clientes y obtener beneficios, mientras que las denominadas tradicionales han visto mermado su mercado y han tenido que aceptar en mayor o menor medida los procedimientos empleados por las compañías de bajo coste.

Generalmente, el cliente cuando va a reservar su vuelo considera el precio inicial del mismo que ve que es más barato, iniciando el proceso de reserva en base a este dato, lo que es ampliamente utilizado por los vendedores (aerolíneas o agencias) para hacer que los pasajeros tengan que llegar al último paso de pago y confirmación del pedido para conocer el precio final del vuelo reservado.

Consideración 1. Al buscar un vuelo utilizando los buscadores de los proveedores, aerolíneas o metabuscadores, tenga en cuenta que el precio más bajo casi nunca le conducirá a reservarlo al mejor precio.

¿Qué hacer? Examinar las ofertas de diferentes proveedores con precios más o menos similares, incluidos los que aparentemente son un poco más caros en principio, llegando hasta el momento de confirmación de la reserva para conocer los cargos por gestión y otros conceptos aplicables.

Esto le llevará más tiempo, pero le ofrece mejores oportunidades de conseguir un vuelo a mejor precio.

Consideración 2. Tenga en cuenta la calidad del vuelo contratado según la aerolínea que lo operará (a veces los vuelos son operados por diferente aerolínea a la que figura como titular del servicio), el número de escalas, etc., ya que puede encontrar un vuelo de mejor calidad a un precio incluso inferior al que conseguirá si se guía del precio más barato ofrecido por los buscadores.

¿Qué hacer? Examinar las características de los vuelos que le convengan con el precio final de los mismos, cosa que a veces resulta algo laboriosa.

El desglose de tarifas a que hacía referencia antes conlleva que muchos servicios tendrá que sumarlos al precio de la tarifa y contratarlos en el momento de hacer la reserva online, especialmente en aerolíneas de vuelos baratos, por lo que en cada caso debe considerar el precio final, ya con todos los cargos adicionales que necesite incluidos.

Consideración 3. Tenga en cuenta que no todas las compañías aéreas cobran lo mismo por los servicios añadidos, así que un vuelo con una tarifa más barata puede conducirle a un precio final más caro que otro con una tarifa inicial superior, al tener que utilizar servicios añadidos que pueden ser más caros.

¿Qué hacer? Considere sólo los precios finales, los ofrecidos justo antes de confirmar la reserva.

Las compañías aéreas le van a ofrecer cada vez más servicios adicionales para incrementar el precio del vuelo (y de paso sus ingresos), como asientos con mayor espacio para las piernas, embarque prioritario, viajar en primera clase a un precio una fracción del normalmente cobrado (cuando ven que dichas plazas no se ocupan) y otros servicios por el estilo.

Consideración 4. Determine si le convendrá utilizar y pagar alguno de estos servicios adicionales, que pueden ser ofrecidos en el proceso de reserva online, o en el propio aeropuerto, e incluso en el mismo avión cuando usted se ha acomodado en su asiento de turista.

¿Qué hacer? Tener en cuenta el precio de los servicios que usará en su vuelo, para conocer si en otra aerolínea pueden obtenerse a mejor precio, en cuyo caso podrá viajar con mayor comodidad a mejor precio.

Si usted no tiene en cuenta estas consideraciones y acostumbra a reservar siguiendo las indicaciones del precio más barato que le ofrecen los buscadores de internet, es usted el cliente preferido por las compañías aéreas, ya que pagará probablemente más por su vuelo de lo que había considerado al principio, y lo que es mejor para éstas, pensando que la aerolínea le ha vendido un vuelo realmente barato.

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