sábado, 28 de agosto de 2010

El precio de los vuelos ¿es caro o barato?



Un amigo usuario de nuestro buscador que leyó mi artículo anterior “Alertas de vuelos baratos en Twitter con sorpresa final”, me dice en un email que le parece asombroso que un vuelo a Washington desde Nueva York, que dura poco más de una hora, pueda costar más del doble que un vuelo de Madrid a Nueva York, y comenta que “he hecho búsquedas de ese recorrido en esas fechas y he obtenido algunos resultados parecidos al que tú has explicado y para mí es increible”.

Así, José Mari, mi comunicante, piensa que los precios de los vuelos siguen una pauta lógica desde el punto de vista de los costos que pueden ser considerados como, por ejemplo, puede ocurrir con el transporte en autobús, ya que si viajo por este medio desde Madrid a Barcelona, sé que me costará menos dinero que si pretendo ir desde Madrid a Londres.

Sin embargo, no será tan clara la diferencia de precio de un vuelo a Londres desde Madrid, comparado con un vuelo a Barcelona también desde esta misma ciudad.

En los vuelos dentro de España también se dan estos casos, por lo que un vuelo entre ciudades cercanas puede ser mucho más caro que otro entre aeropuertos mucho más distantes.

Es verdad que los costos de los vuelos están en relación con la distancia recorrida, de modo que a mayor distancia mayores son los costos que soporta la operación.

Pero para la fijación de los precios, el factor de los costos es poco relevante, de forma que, curiosamente, los vuelos largos suelen ser más baratos que los de corto recorrido.

Además, si usted busca vuelos que sabe que recorren aproximadamente la misma distancia para una misma fecha de salida y regreso y comprados en el mismo momento, verá que sus precios son totalmente dispares, y unos pueden costar perfectamente el doble que otros.

De hecho, muchos vuelos a Londres, París y otros lugares europeos son mucho más baratos que ciertos vuelos entre aeropuertos de España peninsular.

Para colmo de males, los precios de los vuelos cambian constantemente, y variaciones importantes pueden ocurrir, en algunos casos, hasta tres y cuatro veces al día.

En uno de mis vuelos intercontinentales, buscando el mejor precio, estaba examinando las ofertas cada poco tiempo, encontrando precios sobre los 770-850 euros, cuando en un determinado momento apareció el precio del vuelo que buscaba a unos 430 euros, por lo que lo reservé en el acto.

Tenga en cuenta que se trataba del mismo vuelo, aerolínea, horarios, origen y destino y fechas de salida y regreso que el que costaba hacía unas horas 850 euros, por lo que seguramente el pasajero que se sentó a mi lado en aquella ocasión pudo pagar el doble que yo por el mismo producto.

La fijación de precios toma en cuenta una gran cantidad de variables con objeto de que las aerolíneas puedan rentabilizar al máximo la operación.

Entre estos aspectos, consideran si hay competencia o no en la ruta, los tipos de pasajeros (los hombres de negocios, aunque viajen en turista están dispuestos a pagar más por su vuelo), la ruta y su demanda y los costos operativos, que incluyen también los gastos de los servicios aeroportuarios que intervienen en el vuelo.

Sin embargo, una de las cosas que más pesa en la fijación del precio es el hecho de si existe o no una opción de vuelo para esa ruta operada por una aerolínea de bajo costo.

Si existe, las aerolíneas tradicionales fijan precios similares a los de la “low cost” en competencia, si no quieren sufrir una sangría de clientes y volar con los aviones medio vacíos, por lo que se da el caso de que a veces resulta más barato volar con una compañía tradicional que con una aerolínea de bajo coste que haga esa ruta.

Pero si no existe competencia los precios serán mucho más elevados, por lo que recorridos pequeños operados por una sóla aerolínea, incluso si es de bajo costo, serán mucho más caros que cuando existe competencia.

En realidad, el único objetivo de las compañías es obtener el máximo beneficio por cada asiento y kilómetro de vuelo, lo cual es una cosa absolutamente lógica y legítima dentro del mundo de los negocios.

En una ruta en la que existan varios competidores y éstos sean de buena calidad, los precios siempre serán más bajos y habrá muchas ofertas.

A veces la competencia de las compañías de bajo coste se presenta difusa ante las compañías tradicionales que hacen esa ruta ya que muchas “low cost” vuelan a aeropuertos secundarios, más baratos, pero frecuentemente muy alejados de los lugares de destino habituales de los pasajeros, lo que requiere contratar un servicio de transporte adicional, que en muchos casos, junto al tiempo perdido en el mismo, hace que un vuelo más barato de la compañía de bajo costo resulte finalmente más caro.

Los viajes cortos pueden además ser más caros ya que los costos aeroportuarios fijos tienen una mayor repercusión en la fijación del precio.

Actualmente, los costos de personal para muchas aerolíneas tradicionales que están aún en vías de reestructuración para hacerse competitivas, tienen un peso significativo (junto al gasto derivado del combustible) en los gastos que tienen que ser repercutidos en el precio del billete para hacer rentable la operación.

Pero para la fijación del precio las aerolíneas no suelen preguntarse cuánto les cuesta la operación a ellas y sumar un porcentaje de beneficio, como se hace en otros sectores, sino cuánto estará dispuesto a pagar el pasajero, para cobrarle el mayor precio posible en cada vuelo en particular.

Por ejemplo, durante las salidas y regresos de las vacaciones los vuelos doblan o triplican su precio, ya que la gente está dispuesta a pagar esas cantidades por ir a su lugar de descanso o volver de él a tiempo.

¿Se ha fijado cuánto cuesta un bote de Coca-Cola comprado en el supermercado de la esquina y cuánto le cobran cuando lo compra junto con sus palomitas en el cine antes de ver su película preferida?

Seguramente también dobla o triplica el precio del supermercado, pero usted está dispuesto a pagar más caro cuando va al cine, razón por la que le cobran ese precio.

Por eso, ¿los vuelos son caros o baratos?

Todo depende de lo que el comprador esté dispuesto a pagar por ellos, que es lo que a las aerolíneas les interesa saber para fijar el precio.

Claro que algunos compradores pagan mucho menos que otros por el mismo vuelo, y la cuestión es que usted se encuentre entre los primeros, cosa que podrá conseguir más fácilmente si hace uso de nuestras herramientas.

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