Aprovechando la grave crisis económica que sufre Mexicana de Aviación, que la ha situado al borde mismo de la desaparición, con muchos de sus vuelos suspendidos y millares de pasajeros que no tienen seguridad de si podrán realizar sus vuelos ya contratados, las aerolíneas sudamericanas quieren ofrecer la mejor oferta de vuelos de Latinoamérica, con el objetivo en mente de poder transportar a 46 millones de pasajeros a destinos de 26 países.
El preacuerdo no impide que ambas aerolíneas continúen las operaciones con sus respectivas marcas.
La sociedad que resultará fue valorada en unos 14.500 millones de dólares (11.370 millones de euros), según fuentes de la compañía chilena y tendrá una cuota de 6 por ciento del transporte aéreo a nivel mundial, contando con una flota de unos 230 aviones y más de 40.000 trabajadores.
La operación se enmarca dentro del movimiento de reestructuración y alianzas que está llevando a cabo el sector a nivel mundial, donde ya existen numerosos precedentes como es el caso de la fusión entre Iberia y British Airways o la de las aerolíneas Continental Airlines y United Airlines.
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