Cobrar por todos los conceptos posibles es uno de los objetivos acariciado por las aerolíneas para engrosar la cuantía de los llamados “ingresos auxiliares”, es decir los ingresos generados por cargos que antes venían incluidos en el precio del billete, y que ahora, por obra y gracia del desglose de tarifa, ya no están incluidos en la misma y el pasajero “puede decidir” si quiere comprar esos servicios adicionales o no.
Este sistema de desglose de tarifas nació en el seno de la aerolíneas “low cost”, con objeto de poder presentar a sus potenciales clientes vuelos a precios aparentemente más baratos, pero sin renunciar por ello a los ingresos que se obtendrían si se vendieran los asientos a precios más caros.
Como en su momento ya comenté, el procedimiento estaba abocado a tener un gran éxito y a generalizarse, ya que por una parte ayudaba a aumentar los ingresos de las aerolíneas de bajo costo en un momento culminante de la crisis económica, y por otra parte permitía a los pasajeros mantener la ilusión de comprar vuelos baratos al presentarse la tarifa fragmentada, dando la mayor publicidad posible a la nueva tarifa, muy baja, y minimizando los suplementos o recargos, publicitando que, en todo caso, son servicios opcionales que el pasajero puede comprar o rechazar.
Además, el hecho de que los precios de las aerolíneas de bajo costo fuesen realmente algo más bajos que los precios de los vuelos de las compañías tradicionales, hizo que la consolidación de esta idea por parte de los pasajeros estuviera asegurada.
Desde hace tiempo, debido a la sangría de pasajeros que las aerolíneas tradicionales venían sufriendo, han tenido que tomar dos medidas vitales para su supervivencia: reducción de costos (fusiones, asociaciones, restructuraciones, convenios) y apuntarse masivamente al desglose de tarifas para adelgazar, al menos aparentemente, el precio anunciado de sus vuelos.
En la primera fase, empezaron desglosando como cargo adicional el la facturación de la segunda maleta, luego limitando el peso de las maletas, y cobrando por servicios como el de pagar con tarjeta de crédito, etc.
En la segunda fase en la que nos encontramos, se han generalizado los cargos adicionales tanto en aerolíneas de bajo costo como en muchas de las tradicionales, cobrando por el embarque prioritario, por hacer la reserva por teléfono o en persona, por las comidas y bebidas a bordo, por los asientos con más espacio para las piernas y así un largo etcétera.
En mi opinión, ahora estamos entrando en la tercera fase (no de los encuentros, aunque algo de alienante sí que tenga el tema), sino de lo que es peor: el desglose de la tarifa.
Así, American Airlines, se ha estrenado este miércoles con un nuevo miembro del desglose y cobrará de 15 a 30 euros por sentarse en las dos o tres primeras filas de sus aviones, según la duración del vuelo.
Además, por esa módica cantidad, usted estará entre los pasajeros que embarcarán primero y, por ende, también será de los primeros en salir de la aeronave una vez que ésta se haya detenido en el aparcamiento.
¿Esto tiene utilidad? Realmente, en mi forma de ver las cosas, no demasiada, solamente para los viajeros con vuelos en conexión puede serles de cierta utilidad si su tiempo para abordar el siguiente avión está un poco apretado.
Quizá usted piense que este suplemento tendrá una escasa demanda y que no representará un ingreso significativo para la compañía.
Sin embargo, yo no estaría tan seguro de ello, si juzgamos por cómo la gente se agolpa ansiosa de salir en el pasillo del avión en cuanto ha aterrizado y mientras sigue rodando por la pista hacia el estacionamiento.
Se lo digo por experiencia: como yo suelo permanecer sentado hasta que el avión se ha detenido por completo, en una ocasión, cuando esto ocurrió, con el pasillo lleno, traté de incorporarme a la fila de salida, pero una mujer me increpó airada: “¡Espérese a que se desocupe el pasillo! ¡Haberse levantado antes!”
Por eso pienso que esta nueva idea de American Airlines será muy productiva para contribuir al incremento de sus ingresos auxiliares, conociendo el compartamiento de las personas.
Es sólo el principio: ya hay muchas más ideas en marcha para incrementar el precio de los vuelos con suplementos de lo más pintoresco.
Se lo contaré en la próxima.
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