Dos aviones, uno de la compañía Aerogal y otro de Ícaro, que se disponían a efectuar su aterrizaje en el aeropuerto Eloy Alfaro de Manta, al oeste de Ecuador, estuvieron a punto de sufrir una colisión en pleno vuelo.
Según versiones periodísticas, el piloto del avión de la aerolínea Ícaro señaló que el sistema automático anticolisiones le alertó de la proximidad de la otra aeronave, por lo que se comunicó con la torre de control para reportar esta incidencia.
Los controladores aéreos le indicaron que debía efectuar inmediatamente una maniobra evasiva para evitar la colisión, la cual ocasionó un sobresalto entre los pasajeros que se encontraban a bordo.
Sin embargo, el piloto logró finalmente aterrizar la aeronave sin ningún otro contratiempo, entregando el correspondiente informe a las autoridades, reflejando la situación de peligro que había sufrido el vuelo.
Por su parte, el piloto de Aerogal, aplicó el mismo procedimiento, aunque en su informe declaró que fue la aeronave de Ícaro quien se acercó demasiado, creando la situación de peligro, lo cual comunicó a la torre de control a fin de que apercibiera del mismo a la otra nave.
La aerolínea Aerogal ha dado a conocer a los medios que su avión estaba a punto de tomar tierra, siguiendo los procedimientos indicados por los controladores.
En esta ocasión, el error se saldó únicamente con el susto sufrido por los pasajeros al verse inmersos en una brusca maniobra efectuada para salir de la situación de peligro.
Por otro lado, un avión Boeing 737-200 de la aerolínea Aerogal, con cerca de 150 personas a bordo y que se encontraba efectuando un vuelo de Quito a Guayaquil, tuvo que regresar al aeropuerto de la capital tras su despegue, como consecuencia de un ruido extraño en uno de sus motores, incidente que también causó alarma y ansiedad entre los pasajeros.
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