El fabricante estadounidense de aeronaves Boeing decidió este miércoles suspender los vuelos de prueba de su avión 787 “Dreamliner” hasta haber aclarado las causas que determinaron que se estableciera un incendio que ocasionó la presencia de humo en la cabina, por lo que el piloto del aparato en pruebas tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia en Texas.
Boeing dijo este jueves en un comunicado a los medios que ya se habían determinado las causas del incendio, que fue producido por una avería en el tablero de alimentación P100, que es uno de los numerosos paneles eléctricos con que cuenta el aparato.
El panel, debido a la falla, entró en ignición, provocando daños de consideración en la aeronave, dijo en su comunicado el fabricante norteamericano.
El tablero afectado se encuentra situado a la altura de las alas del aparato, bajo el suelo que soporta los asientos de los pasajeros, y sirve para distribuir la energía a diversos sistemas del avión.
Boeing señaló que la tripulación mantuvo en todo momento el control de la nave, a pesar de los daños, y que los sistemas auxiliares les propocionaron la necesaria información para aterrizar con absoluta seguridad.
En el momento de declararse el incendio, el avión volaba con 42 personas a bordo, las cuales, afortunadamente, no resultaron heridas como consecuencia del percance.
Ya en pruebas anteriores el 787 “Dreamliner” había presentado otros diferentes tipos de averías, lo que ha venido produciendo retrasos importantes para servir los pedidos de este modelo.
A pesar de las dificultades experimentadas, esta semana el fabricante estadounidense ha recibido un pedido de 8 unidades de este avión por parte de la aerolínea Saudi Arabian Airlines valorados a precio de tarifa en 1.137 millones de euros, según ha dado a conocer la propia Boeing.
Se da la circunstancia de que unos días antes de que Boeing sufriera este incidente con su avión estrella, un percance parecido sufrió su competidora europea Airbus, al explotar en pleno vuelo uno de los motores del “superjumbo” A380 de la aerolínea australiana Qantas, al parecer por un incendio producido por una fuga de aceite en el mismo, que se saldó también sin tener que lamentar heridos durante el aterrizaje de emergencia que tuvo que realizar.
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