lunes, 8 de noviembre de 2010

Las redes sociales también sonríen a Ryanair



Es cosa sabida que la compañía irlandesa de vuelos baratos Ryanair es experta en capitalizar la atención de los medios de comunicación en su propio beneficio.

Éstos, no solo se hacen eco de las pintorescas y un puntito provocadoras declaraciones de su consejero delegado, sino que también las ofertas de sus “millones de asientos a 5 euros” (o libras, que para Ryanair son la misma cosa) son publicadas en medios digitales y agencias de noticias como si de un acontecimiento mundial se tratase.

Da lo mismo que estas ofertas se sucedan con predecible periodicidad: vea usted las noticias y encontrará la última oferta de Ryanair por 6 euros. O por 5 euros. O hasta por 1 euro.

Poco importa que el precio medio de los billetes sea superior a los 40 euros: las ofertas por cinco euros siempre están ahí. Fascinantes. Cautivadoras. Convenciendo al pasajero de lo fácil que es volar por un euro.

Es un gran mérito de la compañía vender vuelos por 40 euros y hacer pensar que los vende mayormente por cinco euros.

Y los méritos tienen su recompensa, que en este caso es la saneada economía y los sólidos beneficios que hace que sus accionistas estén frotándose las manos ante la perspectiva de futuro.

Otras aerolíneas de bajo coste también venden vuelos por un precio medio parecido, pero sus pasajeros no creen que los compran por cinco euros: he ahí la diferencia.

Y no piense que lo creen sólo sus clientes, sino también las administraciones autonómicas y locales españolas que desean fervientemente que la irlandesa muestre su benevolencia, dignándose operar desde su aeropuerto local a golpe de subvención.

Y es que ¿qué es un aeropuerto regional si no cuenta con sus buenos vuelos a París, Londres y Bruselas, por ejemplo?

Y, por supuesto, a Palma de Mallorca, Barcelona y Tenerife.

¿Que no hay demanda para llenar los aviones y para que las aerolíneas se peleen por conseguir operar desde un aeropuerto determinado sin subvención alguna?

No hay problema, es cuestión de ceros en el contrato publicitario convenido con la aerolínea que se resuelve aplicando una regla inversa: a menos pasajeros en el avión más ceros en el talón con que pagamos el contrato de desarrollo turístico. ¡Y todo resuelto!

Así Ryanair consigue clientes satisfechos que creen que pagan cinco euros por volar a Londres y políticos encantados de la vida porque su flamante aeropuerto, sin demanda real, cuenta con vuelos a Londres, Bruselas y París, aunque tres de cada cuatros asientos vayan vacíos: ¿qué digo? ¡mucho mejor!, así los pasajeros podrán echar una corta siestecita en posición horizontal hasta que lleguen a su destino. ¡Y encima, por cinco euros!

¿Y qué ocurre en las redes sociales?

Pues lo mismo que en los medios digitales: también sonríen a Ryanair.

Viendo hace un rato los tweets referidos a esta compañía comprobé la gran cantidad de ellos que hablan de sus promociones: “Vuelos a 8 euros a Barcelona, Milán o París”.

Un tuitero dice: “Mi vuelo me costó 7,99 y en cuatro horas desde que salí del hotel estoy en casa. ¡Que más da si cobran o no por ir al baño!”

Claro que también hay algún insatisfecho que dice: “Ryanair es mucho mas caro que EasyJet. Ya casi nos hace pagar por respirar en sus aviones.”

Y otro se muestra perplejo: “Anuncios de cine en la web de Ryanair, ¿qué será lo próximo?”

Pero, según lo visto, muchos de los usuarios de las redes sociales son partidarios de la compañía irlandesa, aunque hasta donde sé, la aerolínea no tenga un presencia de ayuda a sus clientes en las mismas.

Así, en Facebook, la página “Ryanair en León yaaa!” demanda que esta aerolínea opere vuelos desde la capital leonesa, y cuenta ya con más de 9.000 seguidores.

León, con su nueva terminal recién inaugurada, no cuenta con vuelos de esta compañía, que apuesta por Valladolid, por lo que apuntaba al principio: falta de rentabilidad de las operaciones por carecer de demanda suficiente.

Ryanair ha tenido que cerrar su base en Marsella tras ser denunciada por incumplimiento de sus obligaciones laborales, pero esto no es contratiempo alguno para la aerolínea.

En este caso puede aplicarse con propiedad el dicho que dice que cuando una puerta se cierra, otra se abre, solo que aquí, en España, no tiene otra sino muchas puertas abiertas esperando un gesto de la aerolínea para darle la bienvenida a sus vuelos a París, Londres y Bruselas.

El camino es bueno, y tendrán que seguirle sus competidoras.

Vea si no: los medios digitales hablan de sus ofertas a 6 euros, las redes sociales le sonríen y los políticos de turno le esperan con los brazos abiertos para palmearle la espalda con una mano, mientras que con la otra le entregan el talón de la promoción turística.

Claro que los pasajeros tendrán que pagar de media 40 euros por vuelo, y recargos por el equipaje, por los gastos de gestión, por pagar con tarjeta y otros tantos.

Pero no le dé vueltas: mientras los aviones con destino a Londres, París o Bruselas lleguen a todos los aeropuertos de nuestra geografía española, todo lo demás, ¿a quién le importa?

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