La mayor aerolínea estadounidense, Delta Airlines, que acaba de abandonar el sombrío panorama de las pérdidas en 2010, se plantea encarar la batalla contra las compañías de vuelos baratos no entrando en una guerra de reducción de precios, sino mejorando los servicios que ofrecerá a sus pasajeros, según ha informado la compañía en un comunicado.
Para ello, Delta tiene pensado crear una nueva clase turista para sus vuelos internacionales denominada “confort”, en la cual el pasajero por un costo adicional de entre 58 y 116 euros por trayecto tendrá la posibilidad de disfrutar de una mayor comodidad en su vuelo.
Así, esta clase dispondrá de unos asientos mejorados, unos diez centímetros más anchos, y que se reclinarán un 50 por ciento más que los actualmente instalados en la clase turista de Delta.
Los pasajeros, además de la opción de la comida y refrescos que se ofrece a la clase turista, podrán disponer de bebidas alcohólicas.
Estas plazas comenzarán a ofrecerse a partir de mayo en los aviones de los modelos Boeing 767, 757, 777 y Airbus A330, instalándose unas 28 butacas para esta tarifa.
La aerolínea ha previsto igualmente ampliar su oferta de entretenimiento en sus aeronaves de fuselaje ancho que se usan para operar vuelos internacionales.
Esta estrategia se enmarca dentro del plan de inversión de 1.476 millones de euros hasta 2013 para mejorar su flota de aviones y los servicios que ofrece al cliente.
Estos planes para actualizar su estrategia comercial no parece que hayan sido apoyados por el mercado, ya que las acciones de la compañía experimentaron una pérdida del 6 por ciento desde comienzo de este año.
Los nuevos cambios, además, no aclaran el futuro de la compañía, al desconocerse qué medidas adoptará para luchar contra la subida del precio del petróleo, ya actualmente al filo de los 100 dólares, y que ensombrece el panorama económico del sector.
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