El plan de reajuste ha sido dado a conocer este miércoles por el presidente de la compañía, Tom Horton, por medio de una carta que ha dirigido a sus empleados, y mediante el cual la compañía espera obtener una mejora anual de 3.000 millones de dólares (2.280 millones de euros).
Para conseguir este objetivo, Horton explicó que espera obtener mejoras de los ingresos del orden de 1.000 millones de dólares por año (760 millones de euros) por medio del fortalecimiento de su red, la optimización de la flota y mejoras en el producto, entre otras acciones.
Además, deberá lograr un ahorro en los costes de más de 2.000 millones de dólares (1.520 millones de euros) entre el proceso de reestructuración de la deuda, arrendamientos, eliminación de los aviones más antiguos, mejoras de los contratos con los proveedores, cambios relacionados con el personal y otras actuaciones.
Tom Horton no aclaró la cantidad de empleados que perderán su puesto de trabajo tras la aplicación de su plan, pero sí aseguró que “requiere un importante ahorro en los costos relacionados con los empleados”, que cifró en más de 1.250 millones de dólares por año (950 millones de euros).
El directivo reconoció que a corto plazo estos cambios serán dolorosos, especialmente “porque vamos a terminar el camino con mucha menos gente”, pero gracias a ello “vamos a mantener decenas de miles de puestos de trabajo que se habrían perdido de no habernos embarcado en este camino, y esta es una meta por la que vale la pena luchar”.
“El mundo ha cambiado a nuestro alrededor y este es nuestro momento para adaptarse o perder la oportunidad para siempre”, recalcó el ejecutivo.
Tom Horton, señaló que era una oportunidad extraordinaria para crear una nueva aerolínea mundialmente reconocida, pero “también estamos en un gran riesgo en este momento”.
American Airlines es la tercera mayor aerolínea de Estados Unidos, dando empleo a unos 88.000 trabajadores.
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